El “Réveillon”, palabra adaptada del francés “réveiller” para la llegada del Año Nuevo, será celebrado en Brasil con moderación y sin la pomposidad de otros años debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus en las principales ciudades del país.
A pesar de la pandemia mostrar una clara tendencia a la baja, conseguida con la vacunación, las autoridades sanitarias mantienen aún encendida la señal de alerta por la variante ómicron y solo 2 de las 27 capitales confirmaron celebraciones con público.
La icónica playa de Copacabana, que en Río de Janeiro reunió el año pasado casi 3 millones de personas en la nochevieja, tendrá 10 puntos de fuegos pirotécnicos, pero sin el escenario musical por el que ya pasaron, entre muchos otros, el británico Rod Stewart, que entró al Guinnes Récord en 1994 con un público de 3,5 millones.
Boa Vista, capital del amazónico estado de Roraima (norte) será la otra capital que realizará una celebración abierta al público, mientras que el resto cancelaron sus espectáculos que ya estaban programados y unas pocas se limitarán a los fuegos artificiales.
En la turística región Nordeste, Sao Luis, la capital de Maranhao, anunció un espectáculo de fuegos artificiales en el mar pero sin la presencia de público, mientras que en Recife (Pernambuco), el espectáculo no tendrá los tradicionales estallidos que serán sustituidos por un gigantesco juego de luces.
Natal (Río Grande do Norte) y Maceió (Alagoas), también en el litoral noreste y bastante visitadas por turistas nacionales y extranjeros en esta época del año, decidieron al igual que Sao Luis revertir la cancelación y realizar solo la celebración con los fuegos pirotécnicos desde balsas próximas a la playa.