Por segundo día consecutivo, una enorme tormenta de polvo que llegó a Europa desde el desierto del Sahara dificultó la respiración en grandes zonas de España y obligó a las cuadrillas municipales de París, Londres y Belgrado a trabajar horas extra para retirar la capa de mugre de autos y edificios.
Los europeos despertaron bajo cielos de tonalidades inquietantes, desde el gris mugroso de Madrid al anaranjado en los Alpes Suizos, provocadas por las partículas diminutas que llegaron del otro lado del Mediterráneo.
La gran masa de polvo, llamada calima en España, “ha degradado la calidad del aire en grandes partes de España, Portugal y Francia”, dijo el Servicio de Vigilancia Atmosférica Copérnico de la Unión Europea, que rastrea la nube.
Aunque la calima afectó sobre todo a España, el polvo llegó mucho más allá y dejó manchas color ocre en autos en París, así como un polvo fino en una gran área del continente.
El Agencia Estatal de Meteorología y otros expertos calificaron el evento de “extraordinario” debido a la cantidad de polvo en el aire, aunque no se batieron récords.
La zona de España donde la calidad del aire es “extremadamente mala” según el índice nacional se extendió desde el inicio del evento el martes hasta incluir las regiones sur y central, que incluyen Madrid y Sevilla, entre otras ciudades grandes.
Las autoridades recomendaron el uso de mascarillas —las mismas que se usan durante la pandemia— y evitar los ejercicios al aire libre, sobre todo por personas que padecen males respiratorios.
En el sur de España, el polvo se mezcló con lluvia para convertirse en lodo.
El vocero del servicio meteorológico, Rubén del Campo, dijo que las mayores cantidades de polvo se acumularán en las próximas horas en el sureste y centro de España.
Para alivio de los agricultores, los pronósticos dicen que el frente de tormenta que trajo el polvo africano también traerá lluvia en los próximos días a los campos resecos y reservorios de España.
La nube llegó hasta Londres y el sureste de Inglaterra, y el polvo cubrió ventanas y automóviles cuando la lluvia bajó las partículas al nivel del suelo.
“Esto es lo más fuerte que llega a ser en cuanto al polvo del Sahara en el Reino Unido”, dijo el meteorólogo Alex Burkill.
“La lluvia arrastró el polvo desde lo alto de la atmósfera a la superficie, por eso la gente lo ve en sus ventanas”.