El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó este jueves un decreto que permite reclutar a más de 130 mil personas adicionales para sumarse al Ejército en plena guerra con Ucrania.
“Desde el 1 de abril al 15 de julio, se permitirá el reclutamiento de ciudadanos de edades comprendidas entre los 18 y 27 años que no se encuentren en la reserva y sean sujetos al reclutamiento para el servicio militar de acuerdo con la ley rusa”, señala el decreto.
Según el documento, al que tuvo acceso la agencia de noticias Interfax, indica que esto afectará a 134 mil 500 personas.
Asimismo, el presidente informó que estará permitido retirarse del Ejército a todos aquellos militares, marinos y sargentos cuyo mandato en el servicio militar haya expirado.
En este sentido, instó al Gobierno y las comisiones implicadas a garantizar “la implantación” de estas medidas ante el aumento de la tensión a raíz de la invasión rusa del territorio ucraniano.
El miércoles, las autoridades rusas aseguraron que su Ejército culminó con los objetivos y tareas fijadas en los territorios ucranianos de Kiev y Chernígov, zonas en donde Rusia anunció el martes que reduciría su presencia militar.
Así, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, señaló que el reagrupamiento de las Fuerzas Armadas desde estos puntos busca “intensificar las acciones en las áreas prioritarias” y “completar la operación de liberar completamente el Donbás”.
Según Konashenkov, el objetivo de Moscú hasta ahora era lograr que las tropas ucranianas se concentraran en otros puntos del país e infligir la mayor cantidad de bajas posibles, pero “evitando pérdidas entre la población civil”, de tal forma que se redujese la capacidad de respuesta de Ucrania en la región del Donbás.
De hecho, el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, Oleksiy Danilov, confirmó que algunas de las tropas rusas presentes en Chernígov y Kiev se están desplazando en dirección este, hacia Donetsk y Járkov.
No obstante, Danilov denunció que Rusia se está “fortaleciendo” para “aumentar la presión sobre los soldados que defienden el país en las regiones de Járkov, Donetsk y Lugansk“. Las autoridades rusas ya aclararon el martes que la retirada de Kiev y Chernígov no supondría un cese de las hostilidades.
Por otro lado, el funcionario ucraniano reiteró que Rusia ha contratado a mercenarios para combatir en Ucrania, si bien en esta ocasión añadió que la Inteligencia de Ucrania cuenta con “información exacta” sobre estos paramilitares que, añadió, “serán sancionados”.
Desde el Ministerio de Defensa ruso defienden la teoría de que los ataques en las direcciones de Kiev y Chernígov buscaban “crear todas las condiciones necesarias para la etapa final de la operación”, que no era otra más que “liberar las repúblicas populares de Donbás”.
“Para este propósito se ha llevado a cabo la destrucción constante y selectiva con fuego de las fortificaciones defensivas creadas por el régimen de Kiev”, explicó Konashenkov, quien añadió que también se tomaron las líneas de comunicaciones, los sistemas de defensa aérea, aeropuertos y almacenes militares.
El portavoz del Ministerio de Defensa informó que, desde el inicio de la ofensiva contra Ucrania, Rusia ha destruido 124 aviones y 77 helicópteros, 214 sistemas de misiles antiaéreos, 323 drones, casi 1.180 tanques y otros vehículos blindados de combate, 186 lanzacohetes, así como 1.657 unidades de vehículos militares especiales.
(Con información de Europa Press)