Los Ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos dispararon ayer ocho misiles balísticos hacia el mar de Japón a modo de advertencia a Corea del Norte, tras sus lanzamientos similares en la víspera y en plena escalada de tensiones en la península coreana.
La demostración de fuerza de Washington y Seúl llegó apenas 24 horas después del último test armamentístico del Norte, que en lo que va del año ha disparado misiles en 18 ocasiones, un número récord durante ese periodo para el régimen de Kim Jong-Un.
Los lanzamientos buscan mostrar la capacidad de responder con rapidez y precisión a ataques norcoreanos.
El ensayo armamentístico refleja la nueva política de los aliados de reaccionar a los desafíos de Pionyang con muestras de poderío militar de similar calibre, lo que unido al ritmo de test norcoreanos y a sus preparativos para un nuevo ensayo nuclear amenaza con otra escalada de las fricciones en la península.
El Ejército sudcoreano detectó el domingo ocho misiles norcoreanos de corto alcance lanzados en un espacio de unos 35 minutos desde al menos cuatro lugares distintos: zonas en las costas oriental y occidental; y dos puntos de interior al norte y cerca de la capital. La exhibición parecía ser un récord de lanzamientos balísticos para el país
"Los programas de armas nucleares y misiles de Corea del Norte han crecido hasta el punto en que no sólo son una amenaza para la península de Corea, sino también para el noreste de Asia y la paz mundial", subrayó el presidente sudcoreano Yoon Suk-Yeol, en el Cementerio Nacional de Seúl, agregando que su gobierno "responderá con severidad a cualquier tipo de provocación".