Ucrania y Rusia se acusaron mutuamente el viernes de haber bombardeado una zona cercana a un reactor nuclear de la central ucraniana de Zaporiyia, la mayor de Europa.
El cruce de acusaciones sobre la amenaza de una catástrofe recordó que la guerra iniciada hace más de cinco meses sigue causando estragos, pese al acuerdo que posibilitó la salida de tres buques cargados con cereales desde puertos ucranianos bloqueados por Rusia.
El envío de granos a los mercados mundiales se reanudó gracias a una mediación de Turquía y la ONU, en un intento de aliviar la crisis alimentaria que ha disparado los precios de los alimentos.
"Terrorismo nuclear"
Ucrania acusó a Rusia de haber realizado tres bombardeos cerca de un reactor de la central de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, en manos rusas desde marzo.
Una línea de alta tensión resultó dañada, lo que provocó la parada de uno de los reactores, según la compañía estatal ucraniana Energoatom, que administra las centrales nucleares del país.
“Sin embargo, existen riesgos de escape de hidrógeno y de diseminación de sustancias radiactivas. El peligro de incendios es alto”, advirtió.
El ejército ruso atribuyó en cambio la responsabilidad del ataque a “formaciones armadas ucranianas” y llamó a la comunidad internacional a actuar contra el “terrorismo nuclear” del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El mandatario ucraniano replicó que Rusia debe asumir la responsabilidad, por el hecho mismo de crear una amenaza en una planta de energía nuclear.
La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtió el martes que la situación era “volátil” en la central y que “cada día se volvía más peligrosa”.