La fuerza aérea ucraniana anunció la destrucción de nueve aviones rusos de combate en grandes explosiones en una base aérea en Crimea, entre especulaciones sobre que eran el resultado de un ataque ucraniano que supondría una escalada en la guerra.
Rusia negó que alguna aeronave hubiera sufrido daños en las explosiones o que se hubiera producido ningún ataque.
Las autoridades ucranianas no llegaron a atribuirse la responsabilidad de las explosiones, aunque se burlaron de las explicaciones de Rusia sobre que la munición de la base aérea de Saki había prendido y estallado, y subrayaron la importancia de la península anexionada hace ocho años por Moscú.
En su video de cada noche, difundido unas horas después de las explosiones, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, prometió retomar la península y dijo que “esta guerra rusa contra Ucrania y contra toda la Europa libre comenzó con Crimea y debe terminar con Crimea, con su liberación”.
Las autoridades rusas intentaron restar importancia a las explosiones y dijeron que ninguno de los hoteles y playas de la península habría sufrido daños. El lugar es un popular destino de vacaciones para muchos rusos. Las explosiones, que mataron a una persona e hirieron a 13, hicieron que los turistas huyeran mientras las columnas de humo se alzaban sobre la costa cercana. Las detonaciones reventaron ventanas y causaron otros daños en edificios.
Por último, Estados Unidos realizará más maniobras militares conjuntas con los países bálticos y buscará medios para aumentar el entrenamiento de sus fuerzas, anunció el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin.