La Oficina de Trabajo de Taiwán del Comité Central del Partido Comunista Chino anunció este martes sanciones a siete responsables y legisladores taiwaneses a los que acusó de ser “incondicionales del independentismo”, incluyendo la prohibición de entrada, en su último y airado reproche a la isla gobernada democráticamente.
Un portavoz de la oficina, en declaraciones recogidas por la agencia Xinhua, explicó que China decidió imponer medidas punitivas contra varios individuos, considerados “elementos intransigentes de la independencia de Taiwán”, “con el fin de salvaguardar el desarrollo pacífico de las relaciones”.
Entre los sancionados están la embajadora de facto de Taiwán en Estados Unidos, Hsiao Bi-khim, el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán, Wellington Koo, y políticos del gobernante Partido Progresista Democrático de Taiwán.
“Durante un período de tiempo, un pequeño número de recalcitrantes de la ‘independencia de Taiwán’ han hecho todo lo posible por confabularse con fuerzas externas para llevar a cabo provocaciones de ‘independencia’, provocando deliberadamente una confrontación a través del Estrecho y socavando sin sentido la paz y la estabilidad de la Estrecho de Taiwán”, explicó el portavoz.
Los siete se suman al primer ministro de Taiwán, Su Tseng-chang, al ministro de Asuntos Exteriores, Joseph Wu, y al presidente del Parlamento, You Si-kun, que ya fueron sancionados por China.
Además, añadió que el gigante asiático “nunca tolerará ningún acto de división del país, ni permitirá que ninguna fuerza externa interfiera en el proceso de reunificación de la patria”.
Así, explicó que estas sanciones incluyen la prohibición de las personas castigadas y sus familiares de ingresar a la China continental, así como a “las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao”. Tampoco tendrán permitido realizar actividades económicas en el territorio chino. “Tendrán que rendir cuentas de por vida de acuerdo con la ley”, aseveró.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán dijo en respuesta que la isla es una democracia que “no puede ser interferida por China”. “Es más, no podemos aceptar las intimidaciones y las amenazas de los sistemas autoritarios y totalitarios”, dijo la portavoz del ministerio, Joanne Ou, a los periodistas en Taipéi.
Las sanciones tendrán poco impacto práctico, ya que los altos responsables taiwaneses no visitan China.
Las sanciones se producen en el contexto de la visita de una delegación de congresistas estadounidenses a Taiwán. Y también, tras la visita de presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. Un viaje que, según China, ha enviado una señal equivocada a lo que considera fuerzas independentistas.
China considera que Taiwán es su propio territorio y no un país separado. El Gobierno de Taiwán rechaza la reivindicación china.