Centenares de personas se desplazaron este martes hasta el parque Kudanzaka de Tokio para ofrecer flores en memoria del exprimer ministro Shinzo Abe, un último adiós al exmandatario con motivo de la celebración este martes de su funeral de Estado.
Los participantes empezaron a guardar cola varias horas antes de la apertura de las dos casetas de ofrendas instaladas en el parque, situado no lejos del pabellón Nippon Budokan donde más de 4 mil personas participan en las exequias del Gobierno por Abe, fallecido a los 67 años el 8 de julio tras ser disparado durante un mitin.
Los primeros dolientes comenzaron a realizar sus ofrendas a las 9:30 hora local (00:00 GMT), media hora antes de la hora inicial de apertura de las ofrendas, abiertas al público hasta las 16:00.
Uno de los primeros en depositar flores fue Yoshihiro Hayasaka, un tokiota de 53 años, que guardó cola durante dos horas para presentar “respetos y condolencias como ciudadano por un primer ministro que trabajó por el país y murió en estas circunstancias”, dijo tras hacer su ofrenda.
Los alrededores del parque y la carretera aledaña fueron cerrados para evitar altercados. Algunos manifestantes en contra del funeral se desplazaron hasta el lugar para protestar desde primera hora, pidiendo la cancelación tanto de las exequias como las ofrendas.
“Usar nuestros impuestos para el funeral de una persona como Abe es algo a lo que me opongo”, declaró Koji Sugihara (56).
El funeral de Estado de Abe tiene un presupuesto de alrededor de 12 millones de euros, un dinero público que, dice, podría destinarse a otras causas y no para honrar a un sólo político que además fue muy polarizante en el país, al que considera que perjudicó.
Es consciente de que la cancelación del evento a horas de su celebración es una quimera, pero insiste en la importancia de “alzar la voz sin rendirse” para hace llegar el mensaje y la oposición manifestada por en torno a la mitad de los encuestados por los medios locales sobre el funeral de Estado para Abe.
Varias manifestaciones se convocaron para este martes, antes e incluso durante la celebración de las exequias.
“Entiendo que haya muchas opiniones, pero yo creo que las contribuciones al país del primer ministro Abe fueron muchas y por ello he venido a ofrecer mis condolencias”, señaló Hayasaka.
De su misma opinión es una mujer también de la capital que se presta a hablar con las numerosas cámaras concentradas en el lugar pero prefiere no dar su nombre.
“No conozco a otro primer ministro que haya sido tan reconocido a nivel internacional”, dijo Hayasaka, quien alabó los avances económicos durante el mandado de Abe, el mandatario más tiempo en el cargo del Japón de posguerra. “Ésta es la única forma en la que podía expresar mi gratitud”, añadió tras ofrecer sus flores.
En la acera de frente, donde se sitúa el controvertido santuario Yasukuni, un fuerte cordón policial vigilaba las entradas mientras curiosos fotografiaban hasta desde los huecos del cordón de autobuses policiales las casetas de ofrendas, adornadas con flores blancas y una foto de Abe.