El Papa demandó el fin de la violencia en Birmania y Perú durante el rezo del Ángelus de este domingo.
En el país asiático, la junta militar emprendió un nuevo ataque contra los católicos del país, incendiando la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, considerado como uno de los lugares de culto más antiguos e importantes.
Mientras, en Perú, el gobierno declaró el Estado de emergencia en las regiones de Amazonas, La Libertad y Tacna debido a los enfrentamientos que están teniendo lugar durante las manifestaciones que piden el cese del Ejecutivo de Dina Boluarte.
"Mi pensamiento, con dolor, quiere estar hoy en particular con Myanmar (Birmania), donde fue quemada la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los lugares de culto más antiguos de ese país. Me siento muy cercano a toda la población civil que está sufriendo estas pruebas difíciles", clamó Francisco durante el ángelus de este domingo.
La iglesia birmana que ha nombrado el Papa durante su alocución, situada en la aldea de Chan Thar, fue construida en 1894 y en su interior fue bautizado quien sería el primer obispo del país.
Además, el Pontífice instó a rezar para que "puedan finalizar los actos de violencia en Perú" y aseguró que estos actos "apagan la esperanza de las soluciones a los problemas".
"Me uno a los obispos peruanos al decir "No a la violencia, venga de donde venga, no más muertes", ha planteado. "Animo a todas las partes implicadas a tomar la vía del diálogo entre hermanos en la misma nación en el pleno respeto de Derechos Humanos y del Estado de Derecho", añadió.
Tras esta mención, la presidencia peruana agradeció al Papa su intervención. "Agradecemos a Su Santidad el Papa Francisco por tener presente al Perú en sus oraciones. Ese es también nuestro camino: el cese de todos los actos de violencia y el diálogo entre hermanos de una misma nación", apuntó la presidencia peruana en Twitter.
Durante la catequesis, el Papa instó a encontrar "la valentía de ponerse en marcha" porque si no, "se corre el riesgo de quedarse como espectador de la propia existencia y vivir la fe a medias". Francisco ha instado a "vivir, por ejemplo, el arduo pero gratificante riesgo del servicio, o dedicar tiempo a la oración para crecer en la amistad con el Señor".
"Hay que decidir: ¿dejo atrás algunas certezas y me embarco en una nueva aventura, o me quedo donde estoy? Es un momento decisivo para todo cristiano, porque se juega el sentido de todo lo demás", subrayó.