El papa Francisco expresó su preocupación por la falta de propuestas innovadoras en Europa para poner fin a la guerra en Ucrania durante su discurso en Lisboa, donde asistió a la Jornada Mundial de la Juventud. Ante las autoridades portuguesas, el Papa destacó la importancia de respetar la misión original de la Unión Europea.
En su intervención en el Centro Cultural de Belém, ante un numeroso público, el Papa recordó la firma del Tratado de reforma de la Unión Europea en 2007, que busca promover la paz, valores y bienestar para sus pueblos. Además, mencionó el Tratado de Lisboa, que va más allá y busca contribuir a la paz, seguridad, desarrollo sostenible del planeta, solidaridad, respeto mutuo, comercio justo y la protección de los derechos humanos.
Francisco expresó su deseo de que la Jornada Mundial de la Juventud impulse a Europa a abrirse universalmente, ya que el mundo necesita de su papel constructivo de paz en diversas regiones. El Papa subrayó que la misión original de Europa era la de promover el diálogo, la inclusión y una diplomacia pacífica que aborde los conflictos y alivie las tensiones.
Sin embargo, el Papa lamentó la falta de acciones valientes hacia la paz y cuestionó la dirección de Europa si no ofrece procesos de paz y soluciones creativas para conflictos como el de Ucrania y otros que afectan al mundo. También mostró su preocupación por el aumento de la producción de armas sofisticadas en detrimento de la inversión en capital humano, como educación, salud y bienestar.
Francisco soñó con una Europa que utilice su ingenio para extinguir conflictos y fomentar la esperanza. Durante varias ocasiones, incluido su viaje a Hungría, el Papa ha criticado a la UE por no aportar soluciones o diálogo en el conflicto de Ucrania después de la invasión rusa.
Además, el Papa lamentó que en Europa y Occidente se descarte a los ancianos y se construyan muros de alambre de espino, así como las tragedias en el mar y la falta de nacimientos. También criticó la reciente legalización de la eutanasia en Portugal, calificándola como una solución superficial y equivocada ante el dolor de vivir.
En resumen, el Papa Francisco instó a Europa a encontrar caminos creativos para promover la paz en Ucrania y otras regiones afectadas por conflictos, al tiempo que abogó por la protección de los derechos humanos y la inversión en el verdadero capital humano.