Hoy, jueves 10 de agosto, Ecuador amaneció con una presencia militar notable, luego del asesinato de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia. Este inédito suceso sumerge al país en uno de los momentos más sombríos de su historia democrática. Como resultado, el gobierno ha declarado un estado de emergencia nacional mientras busca esclarecer la autoría detrás de este crimen sin precedentes.

Dos de los principales contendientes en la carrera presidencial, Otto Sonnenholzner y Yaku Pérez, comunicaron su decisión de suspender eventos masivos para salvaguardar la seguridad de la población.

El candidato presidencial, de 59 años, conocido por denunciar y confrontar a funcionarios públicos y empresarios presuntamente involucrados en corrupción, fue mortalmente herido a tiros el miércoles al concluir un evento político en un colegio del norte de la capital. En este ataque, seis personas resultaron heridas y uno de los supuestos agresores murió en un intercambio de disparos, según informó la Fiscalía.

El presidente Guillermo Lasso ha decretado un período de tres días de duelo nacional, junto con el estado de excepción. Consecuentemente, las fuerzas militares se despliegan por todo el territorio ecuatoriano. Múltiples operativos en diferentes áreas de Quito han resultado en la detención de seis individuos.

Alberto Dahik, exvicepresidente (1992-1995), compartió con The Associated Press su opinión de que este acontecimiento marca uno de los momentos más oscuros para la democracia ecuatoriana en décadas.

"Esta creo que es la hora más oscura de la democracia ecuatoriana en décadas", dijo.

Dahik sostiene que la muerte de Villavicencio representa un golpe significativo que plantea amenazas a la estabilidad de la democracia en Ecuador.