En un movimiento histórico, el gabinete alemán dio luz verde el miércoles a un plan que busca flexibilizar las restricciones en torno al consumo de marihuana.
Esta medida sienta las bases para una eventual despenalización de la posesión en el país más poblado de la Unión Europea, permitiendo a los miembros de “clubes del cannabis” disfrutar de cantidades limitadas con fines recreativos.
Este proyecto, la primera fase de un plan en dos etapas, todavía necesita el visto bueno del Parlamento para convertirse en ley. Sin embargo, el respaldo gubernamental representa un gran avance para el ambicioso proyecto de reforma propuesto por la coalición social-liberal liderada por el canciller Olaf Scholz, aunque dista de cumplir con sus objetivos originales.
La iniciativa, que se espera entre en vigor a finales de este año, tiene como propósito legalizar la posesión de hasta 25 gramos de marihuana para uso recreativo y autorizar a las personas a cultivar hasta tres plantas de cannabis.
Los ciudadanos alemanes mayores de 18 años tendrán la opción de unirse a los "clubes del cannabis", los cuales podrán tener hasta 500 miembros cada uno. Estos clubes tendrán la facultad de cultivar cannabis para el consumo personal de sus afiliados.
Las personas podrán adquirir hasta 25 gramos por día o 50 gramos al mes, con la excepción de los menores de 21 años, quienes podrán adquirir hasta 30 gramos. Está prohibido ser miembro de más de un club. Los costos de operación de estos clubes serán sufragados por las cuotas de sus integrantes, las cuales variarán según la cantidad consumida.
Sin embargo, se mantendrán ciertas restricciones para garantizar la seguridad y la convivencia en la sociedad. Queda terminantemente prohibida la publicidad y promoción de la marihuana y los clubes, y el consumo estará vetado a menos de 200 metros de escuelas, áreas de recreo y complejos deportivos, así como en las cercanías de los clubes.
Las autoridades confían en que este plan contribuirá a la protección de los consumidores al disminuir la exposición a productos contaminados y a su vez, reducir la delincuencia relacionada con las drogas. El ministro de Salud, Karl Lauterbach, prevé que esta regulación permitirá establecer precios "altamente competitivos", brindando una respuesta efectiva al mercado negro.
En palabras del propio Lauterbach, "actualmente estamos viendo un aumento en el consumo y problemas asociados. No podíamos mantener esta situación".
A pesar del progreso alcanzado, la oposición de centroderecha critica que el gobierno esté avanzando en la legalización de una sustancia considerada peligrosa, a pesar de las posibles implicaciones legales en el ámbito europeo y las opiniones de los expertos. Incluso una organización de jueces alemanes advierte que esta propuesta podría aumentar la carga sobre el sistema judicial y potencialmente incrementar la demanda en el mercado negro.
Mientras tanto, algunos defensores de la legalización no están completamente satisfechos. Oliver Waack-Jürgensen, líder de un "club social del cannabis" fundado el año pasado, expresó que el ministro de Salud está imponiendo una regulación excesiva y un marco normativo restrictivo que obstaculiza el funcionamiento de muchos clubes del cannabis, lo que podría resultar en una estigmatización de los consumidores y limitaciones innecesarias.