Este domingo un atentado sacudió la capital turca, Ankara, cuando dos atacantes hicieron estallar una bomba frente a edificios gubernamentales, resultando en la muerte de ambos agresores y heridas para dos agentes de policía.
Un grupo militante kurdo, conocido como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), se adjudicó la autoría del ataque, marcando este incidente como el primer atentado terrorista en la ciudad en años.
Las imágenes de las cámaras de circuito cerrado de televisión, capturaron el momento en que un vehículo se acercaba rápidamente a la puerta principal del Ministerio del Interior. Uno de los ocupantes del vehículo se apresuró hacia el edificio antes de ser envuelto en una explosión, mientras el otro permanecía en la calle.
El Ministro del Interior, Ali Yerlikaya, informó que la explosión resultó en la muerte de uno de los atacantes, mientras que el otro fue "neutralizado" por las autoridades. El incidente conmocionó al distrito central de Ankara, que alberga edificios ministeriales y el Parlamento.
El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, en un discurso pronunciado durante la apertura de una nueva sesión parlamentaria horas después del ataque, calificó el atentado como el "último intento" de infundir terror en el pueblo turco.
"Quienes amenazan la paz y la seguridad de los ciudadanos no han logrado sus objetivos y nunca los lograrán", afirmó.
El grupo militante PKK, a través del sitio web ANF News, afirmó que un grupo llamado "Batallón de los Inmortales" llevó a cabo el ataque en forma de "ataque suicida" planeado para coincidir con la apertura del Parlamento.
El ataque marca el primer atentado en Ankara desde 2016, cuando una serie de ataques mortales sacudieron al país. Según informes, los atacantes secuestraron el vehículo utilizado en el ataque y mataron a su conductor en Kayseri, una ciudad situada a 260 km al sureste de Ankara, antes de perpetrar el atentado.
A pesar de este ataque, las autoridades turcas han reafirmado su determinación de continuar luchando contra el terrorismo y neutralizar a los terroristas. El presidente Erdogan reiteró su confianza en que los terroristas nunca lograrán sus objetivos, y el parlamento mantuvo su programa "sin cambios" a pesar del atentado.
La policía de Ankara también llevó a cabo "explosiones controladas" de "paquetes sospechosos" como medida de precaución para garantizar la seguridad en la ciudad.