El grupo islamista Hamas ha rechazado las acusaciones de "matar niños, decapitar y atacar a civiles" durante su reciente ataque a Israel.
En un comunicado emitido hoy, Hamas calificó estas acusaciones como "falsas" y afirmó que sus milicianos solo atacaron objetivos militares y de seguridad israelíes legítimos.
Estas declaraciones se producen después de que el Ejército israelí denunciara que los milicianos de Hamas habían perpetrado "masacres brutales" en el kibutz Kfar Aza, incluyendo la muerte de mujeres, niños, bebés y ancianos. Un portavoz del Ministerio de Exteriores israelí informó que se encontraron alrededor de 40 niños entre los cuerpos en la comunidad, incluyendo bebés.
El Ejército israelí organizó una visita de periodistas extranjeros al kibutz, donde algunos soldados informaron que habían presenciado decenas de residentes asesinados y, en algunos casos, decapitados. Sin embargo, la portavocía del Ejército no ha confirmado oficialmente las acusaciones de decapitación.
Fuentes médicas reportaron la presencia de cadáveres quemados en la zona, mientras que un paramédico israelí denunció que encontraron cuerpos mutilados y cadáveres de mujeres violadas en el kibutz Beeri después de que el Ejército israelí repeliera a los milicianos y recuperara el control.
Este ataque sorpresa de Hamas marcó el inicio de una guerra que ya lleva cinco días y ha dejado un saldo de al menos 1,200 muertos y más de 2,900 heridos en Israel. Del lado gazatí, el Ministerio de Sanidad palestino ha informado que hasta el momento han registrado 950 muertos y al menos 5,000 heridos debido a los bombardeos israelíes de represalia.
Además, se estima que más de 1,000 milicianos palestinos han perdido la vida en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes después de infiltrarse desde la Franja. Por otro lado, el Gobierno israelí ha reportado que más de 100 personas fueron secuestradas por Hamas y llevadas a Gaza como rehenes.