La organización Human Rights Watch (HRW) ha emitido una denuncia con pruebas contundentes que señalan el uso de fósforo blanco por parte de Israel en ataques recientes contra Gaza y Líbano, un arma prohibida a nivel internacional.

La investigación de HRW se basó en videos verificados grabados el 10 de octubre en Líbano y el 11 de octubre en Gaza, que muestran explosiones aéreas de fósforo blanco disparadas desde la artillería israelí en el puerto de la Ciudad de Gaza y en dos ubicaciones rurales en la frontera entre Israel y Líbano. Además, la organización entrevistó a dos testigos presenciales de estos ataques.

Lama Fakih, directora de HRW para Oriente Medio y el norte de África, advirtió sobre los peligros del uso de fósforo blanco en áreas civiles, señalando que "cada vez que se usa fósforo blanco en áreas urbanas densamente pobladas, supone un alto riesgo de quemaduras insoportables y sufrimiento de por vida".

El fósforo blanco es una sustancia que, además de utilizarse para marcar, señalizar y oscurecer, puede ser utilizado como arma incendiaria, capaz de causar graves quemaduras en personas y provocar incendios en estructuras y áreas civiles. Su uso en zonas urbanas densamente pobladas se considera ilegal y puede tener consecuencias devastadoras para los civiles.

El testimonio de dos personas entrevistadas en la ciudad de Gaza el 11 de octubre describe la secuencia de ataques aéreos seguidos de explosiones en el cielo y líneas blancas que caían hacia la tierra, lo que coincide con el uso de fósforo blanco. Estos ataques ocurrieron entre las 11:30 y las 13:00 horas y dejaron un olor sofocante en el área.

Foto: RPP

HRW confirmó la autenticidad de estos ataques mediante la revisión de videos que muestran el puerto de la Ciudad de Gaza y la identificación de proyectiles de artillería de 155 mm de fósforo blanco. Además, otros videos verificados en las redes sociales corroboran estos hechos, evidenciando el denso humo blanco y el característico olor a ajo asociados con el fósforo blanco.

La denuncia de HRW también abarca ataques similares en la frontera entre Israel y Líbano el 10 de octubre, donde se utilizaron proyectiles de artillería de fósforo blanco de 155 mm, aparentemente con fines de cortinas de humo, marcaje o señalización.

El fósforo blanco, al entrar en contacto con el oxígeno atmosférico, genera calor intenso, luz y humo, y puede quemar a las personas tanto térmica como químicamente hasta los huesos, debido a su alta solubilidad en grasas y carne.

Los fragmentos de fósforo blanco pueden agravar las heridas incluso después del tratamiento y provocar fallos orgánicos múltiples.

Hasta el momento, las autoridades de Israel no han emitido comentarios sobre el uso de fósforo blanco durante los combates en curso.