Un total de 7 mil 703 personas han muerto en Gaza y 18 mil 967 han resultado heridas por los bombardeos que Israel lleva a cabo allí desde el pasado día 7 y que anoche fueron los más duros desde que comenzó la guerra entre el Estado judío y el grupo islamista palestino Hamás.
El Ministerio de Sanidad en Gaza, bajo el control del grupo islamista Hamás, ha informado que el 70 por ciento de las víctimas mortales son civiles, incluyendo a 3,195 niños, 1,792 mujeres y 414 ancianos. Además, se estima que más de 2,000 personas, incluyendo 940 niños, siguen atrapadas bajo los escombros de las viviendas destruidas por los bombardeos.
La mayoría de los heridos son mujeres y niños, según las autoridades sanitarias de Gaza. Hamás sostiene que 471 personas perdieron la vida en el bombardeo del Hospital Al Ahly el pasado 17 de octubre, un ataque que atribuye a Israel. Sin embargo, Israel alega que el centro médico fue alcanzado por un misil disparado por la Yihad Islámica, una milicia aliada de Hamás, que se desvió de su trayectoria original.
La guerra también ha cobrado un alto precio en el personal médico, con 104 profesionales de la salud, incluyendo médicos, enfermeros y auxiliares, perdiendo la vida durante los bombardeos israelíes. Además, doce hospitales han quedado completamente inutilizados, lo que agrava aún más la ya crítica situación humanitaria en la región.
En cuanto a la infraestructura civil, se estima que 6,573 edificios de viviendas han sido destruidos, y más del 50 por ciento de las viviendas en Gaza han sufrido daños significativos, dejando a 29,000 personas sin hogar. Más de un millón y medio de personas han sido desplazadas, incluyendo 600,000 que habían buscado refugio en las escuelas de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
La educación también ha sido fuertemente afectada, con 189 escuelas dañadas, incluyendo 35 que quedaron completamente destruidas. Además, 79 edificios gubernamentales y facilidades públicas fueron reducidos a escombros, y 38 mezquitas y tres iglesias sufrieron graves daños.
La infraestructura básica, como las estaciones de depuración de agua y las fábricas de pan, también ha sido blanco de los bombardeos, dejando a 65 estaciones de tratamiento de aguas residuales fuera de servicio y a once fábricas de pan en ruinas.
En medio del caos y la destrucción, el periodismo también ha sufrido gravemente, con 34 periodistas perdiendo la vida en los ataques aéreos israelíes en Gaza, y otros 20 resultando gravemente heridos. Dos periodistas aún están desaparecidos, lo que subraya el peligro constante que enfrentan aquellos que buscan documentar la tragedia en la región.