La comunidad internacional se une en un llamado unánime a poner fin al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba, que ha estado vigente durante seis largas décadas.
En una histórica votación en la Organización de Naciones Unidas (ONU), 187 países se pronunciaron a favor de poner fin a esta política que ha afectado profundamente la vida de los cubanos.
La iniciativa tuvo 187 votos a favor y solo dos en contra, los de Estados Unidos e Israel, en tanto que Ucrania se abstuvo.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, defendió la posición de su país en la Asamblea General de la ONU, destacando cómo este bloqueo ha violado los derechos fundamentales de los ciudadanos cubanos, incluyendo el derecho a la vida, la salud, la educación y el bienestar.
La población cubana ha sufrido las consecuencias del bloqueo a través del desabastecimiento en las tiendas, las largas colas, los precios excesivos y los salarios devaluados.
El canciller subrayó los esfuerzos del gobierno cubano por satisfacer las necesidades básicas de la población a través de precios subsidiados en la canasta familiar normada, aunque admitió que estas medidas no son suficientes para mitigar completamente el impacto del bloqueo.
Además, se resaltó cómo el bloqueo ha perjudicado gravemente a la industria cubana, especialmente a la producción de alimentos, al privarla de insumos esenciales. Aunque Cuba puede adquirir productos agrícolas en Estados Unidos bajo estrictas licencias, estas disposiciones violan las reglas de comercio internacional y la libertad de navegación, además de requerir pagos por adelantado y transportar los productos en buques estadounidenses que deben regresar vacíos a sus lugares de origen.
El bloqueo también ha obstaculizado las exportaciones cubanas a Estados Unidos y ha negado la posibilidad de acceder a créditos bilaterales o de instituciones internacionales, lo que ha afectado seriamente la economía del país caribeño.
Uno de los aspectos más preocupantes es el impacto en el sector energético, con daños que ascienden a más de 401 millones de dólares y apagones recurrentes que afectan a la población cubana. Además, la falta de recursos financieros ha dificultado la producción y adquisición de medicamentos esenciales, lo que ha puesto en riesgo la salud de los ciudadanos, incluso de los niños enfermos.
El canciller Rodríguez Parrilla también cuestionó por qué Estados Unidos ha excluido a Cuba de las exenciones temporales de sanciones durante la pandemia, permitiendo que otros países accedan a medicamentos e insumos médicos, mientras que Cuba se enfrenta a obstáculos injustificados.
"El bloqueo es un acto de guerra en tiempos de paz", sentenció, el ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. Refirió que desde un principio, el propósito de esta política ha sido provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.
"La conducta estadounidense es absolutamente unilateral e injustificada", aseveró.