La Oficina Meteorológica de Islandia ha reportado un aumento alarmante en la actividad sísmica en el suroeste de la isla, con más de 700 nuevos terremotos detectados desde la pasada medianoche.
El temblor más significativo alcanzó una magnitud de 3.1 y ocurrió cerca de la ciudad de Gindavík. Las autoridades advierten que la probabilidad de una erupción volcánica sigue siendo alta.
Desde el 10 de noviembre, cuando se declaró el estado de emergencia en el país, se han registrado más de 2,500 sismos. La mayoría de estos eventos son microterremotos, que generalmente ocurren a profundidades de foco de entre 3 y 5 kilómetros.
Según el comunicado emitido por la Oficina Meteorológica de Islandia, la intrusión de magma es el principal punto de preocupación.
“En resumen, la probabilidad de una erupción sigue siendo alta. Si se produce una erupción, la ubicación más probable será en la intrusión de magma. Nuestra última evaluación de riesgos no indica ningún otro lugar potencial de erupción”, sostiene.
Las mediciones de deformación del terreno, incluyendo observaciones aéreas de alta resolución, imágenes de radar por satélite y observaciones GPS terrestres, han revelado movimientos continuos y constantes debido a la formación de la intrusión de magma.
Se estima que esta intrusión se está propagando lentamente hacia arriba y que el magma se encuentra a unos 800 metros bajo la superficie.
Las autoridades islandesas tomaron medidas de precaución el pasado viernes al declarar el estado de emergencia y ordenar una evacuación preventiva de la ciudad de Grindavík, ubicada a 50 kilómetros al norte de la capital, Reikiavik, después de que se registraran alrededor de 800 temblores en la zona.
El acceso limitado a Grindavík se ha permitido a un pequeño número de residentes para que puedan recoger algunas de sus pertenencias.