El gobierno mexicano ha expresado su enérgico rechazo a la nueva ley aprobada por el Congreso de Texas, que otorga amplias facultades a las fuerzas de seguridad estatales y a los jueces para detener y expulsar a personas migrantes a México.
Esta medida, respaldada por el gobernador republicano Greg Abbott, ha desatado una creciente preocupación en México y ha generado temores de separación de familias, discriminación y perfilamiento racial.
La cancillería mexicana ha calificado estas medidas antimigrantes como potenciales generadoras de "crímenes de odio" en un estado fronterizo donde más de 10 millones de personas de origen mexicano residen.
En un comunicado oficial, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha reiterado su firme rechazo a cualquier acción que permita a las autoridades estatales o locales detener y retornar a personas, ya sean nacionales o extranjeras, a territorio mexicano sin el respeto al debido proceso.
📄El Gobierno de México rechaza las medidas antiinmigrantes aprobadas en Texas.https://t.co/WSgjU9XTkB pic.twitter.com/ZKGftMJnyj
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) November 15, 2023
Además, el gobierno mexicano ha enfatizado que la política migratoria de Estados Unidos es una facultad del gobierno federal, y ambas naciones trabajan de manera conjunta para garantizar que la migración se realice de manera ordenada y legal.
Ante la aprobación de esta ley, la cancillería ha movilizado a sus 11 representaciones consulares en Texas para intensificar los esfuerzos de cabildeo y las labores de información con las autoridades locales y las comunidades de connacionales.