Después de casi dos semanas de intensa actividad sísmica y la evacuación de sus 4,000 residentes, las autoridades islandesas han decidido suspender el estado de emergencia en Grindavík, en el suroeste de Islandia.
El anuncio se hizo hoy jueves, cuando la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO) consideró que la probabilidad de una erupción volcánica dentro de los límites de la localidad había disminuido significativamente.
El nivel de alerta se rebajó de "crítico" a "peligroso", lo que permite que los residentes tengan más tiempo para regresar a sus hogares y recoger sus pertenencias.
Sin embargo, la IMO advierte que aún existe la posibilidad de una erupción volcánica, especialmente en la zona entre Hagafell y Sýlingarfell, ubicada a varios kilómetros al noreste de Grindavík.
La actividad sísmica ha experimentado una disminución en los últimos días, y se han observado elevaciones en el terreno en Svartsengi. La IMO también informó sobre la detección de magma en el llamado dique volcánico, que se extiende por unos 15 kilómetros y está compuesto por intrusiones de material volcánico en estado líquido que se solidifican lentamente.
A pesar de la posibilidad continua de una erupción volcánica en la zona de la intrusión de magma, la probabilidad de una erupción inminente ha disminuido con el tiempo debido a la disminución de la actividad sísmica y el flujo de magma en el dique.
ICELAND - Has built a Volcano wall, to protect the town from lava flow when she blows!
— Elander & the News (@ElanderNews) November 22, 2023
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La semana pasada, las autoridades islandesas anunciaron planes para construir diques de protección de 6 a 8 metros de altura alrededor de la planta eléctrica de Svartsengi y la famosa Laguna Azul, un balneario geotermal de renombre mundial. El cierre de la Laguna Azul se ha extendido al menos hasta el 30 de noviembre debido a la preocupación por la actividad volcánica en la zona.
Islandia, una isla volcánica en el Atlántico Norte con una población de aproximadamente 370,000 habitantes y una extensión de más de 100,000 kilómetros cuadrados, continúa monitoreando de cerca la situación en Grindavík mientras se mantiene vigilante ante cualquier cambio en la actividad sísmica y volcánica.