El gobierno de Israel, encabezado por el ultranacionalista Benjamin Netanyahu, ha decidido convocar a los embajadores de Bélgica y España en Israel para una reunión de reprimenda debido a las declaraciones recientes del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro belga, Alexander De Croo.
Estas declaraciones se realizaron durante un evento en Rafah, Egipto, momentos antes de la formalización de la liberación de ciudadanos israelíes secuestrados por Hamas.
La tensión diplomática se desató principalmente a raíz de los bombardeos indiscriminados llevados a cabo por el Ejército israelí en la Franja de Gaza, lo que ha generado críticas por parte de líderes políticos europeos, especialmente en relación con las muertes de civiles y niños palestinos.
El presidente español, Pedro Sánchez, quien se encontraba en Egipto en su papel de presidente de turno de la Unión Europea, reafirmó el compromiso de España de reconocer el Estado palestino y advirtió que, en caso de que Europa no lo hiciera, España tomaría la iniciativa por sí misma.
Además, durante un discurso público previo a la liberación de los rehenes, Sánchez expresó su preocupación por la violencia en la región y abogó por reemplazarla por la paz y la esperanza.
Las declaraciones de Sánchez provocaron una respuesta inmediata por parte de Netanyahu, quien condenó enérgicamente las palabras del presidente español y subrayó la responsabilidad de Hamas en los ataques y en el uso de civiles palestinos como escudos humanos.
Esta situación ha generado una crisis diplomática entre Israel, Bélgica y España en medio de un contexto de tensiones en Oriente Medio.