En una jornada histórica para Argentina, el líder libertario Javier Milei asumió la presidencia el domingo, prometiendo abordar una economía devastada por la inflación y la pobreza a través de un enfoque ortodoxo. Una multitud entusiasta se congregó en el centro de Buenos Aires con banderas argentinas para celebrar el inicio de esta nueva era.
Milei, un excéntrico economista que se adentró en la política hace tan solo tres años y desbancó al histórico peronismo en un reciente balotaje, hizo ante decenas de miles de seguidores un crudo diagnóstico de la crisis que sufre el país.
“Hoy los argentinos de bien hemos decretado el fin de la noche populista y el renacer de una Argentina próspera y liberal“, aseguró desde el balcón de la Casa de Gobierno ante decenas de miles de seguidores.
El presidente recién asumido advirtió sobre la posibilidad de una inflación mensual que oscila entre el 20% y el 40% en los próximos meses, y que podría convertirse en hiperinflación del 15.000% anual si no se implementan recortes drásticos en el gasto público. "No hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al 'shock'", enfatizó Milei.
El mandatario también destacó que, aunque la situación podría empeorar a corto plazo, el esfuerzo valdrá la pena al crear las bases para un crecimiento económico sólido en el futuro. Afirmó que el ajuste se centrará principalmente en el Estado y no en el sector privado.
Sin embargo, la capacidad del nuevo Gobierno para implementar sus medidas dependerá en gran medida de las negociaciones con la oposición, ya que Milei no cuenta con una mayoría en el Congreso ni con el respaldo de gobernadores provinciales aliados.
Medidas disruptivas como la dolarización de la economía, la eliminación del banco central y la privatización de las empresas públicas podrían quedar en suspenso por el momento.
En un contexto de inflación anual cercana al 150% y una tasa de pobreza del 40%, La Libertad Avanza, el partido de Milei, se convierte en la tercera minoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, distante del peronismo, la primera minoría, y de la coalición conservadora Juntos por el Cambio (JxC), que podría respaldar algunas de las iniciativas del nuevo presidente.
Para lidiar con la crisis financiera, que abarca una deuda por 44 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un amplio pasivo en pesos-, el presidente electo eligió como ministro de Economía a Luis Caputo, quien fuera funcionario en la frustrada gestión de JxC entre 2015 y 2019.
Otros importantes dirigentes de JxC como la excandidata presidencial Patricia Bullrich han sido también designados en el Gabinete de Milei.
Atento al respaldo popular que tanto necesita, el presidente prefirió hablar ante sus seguidores en lugar de hacerlo ante los legisladores nacionales en el interior del Parlamento, como es costumbre en el país.
Como parte de una agenda que comprende una función de gala en el emblemático Teatro Colón, el nuevo mandatario saludó a las delegaciones extranjeras en la Casa Rosada.
Entre los mandatarios invitados se encontraban el ucraniano Volodymyr Zelenski, el húngaro Viktor Orbán, el chileno Gabriel Boric y el uruguayo Luis Lacalle Pou, mientras que presidentes regionales de centroizquierda como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el mexicano Andrés Manuel López Obrador fueron algunas de las grandes ausencias. El líder brasileño de derecha Jair Bolsonaro fue otra personalidad destacada del evento.
