En una escalada de tensiones en el Mar Rojo, los rebeldes hutíes de Yemen, con el respaldo de Irán, han emitido una amenaza seria hoy, anunciando su intención de atacar cualquier barco que se dirija a Israel, sin importar su nacionalidad.
El portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, hizo la declaración en un comunicado, advirtiendo que los barcos se convertirán en "objetivos legítimos" a menos que estén transportando alimentos y medicinas a la Franja de Gaza.
Sarea enfatizó la importancia de la seguridad en la navegación marítima y advirtió a todas las embarcaciones y empresas que eviten tratar con los puertos israelíes. El movimiento chií también afirmó su compromiso con el comercio marítimo global en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, excepto en el caso de los buques vinculados a Israel o que transporten mercancías a puertos israelíes.
El miembro del buró político de los hutíes, Hezam al Asad, explicó en las redes sociales que esta decisión se tomó como respuesta al veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU a la propuesta de un alto el fuego en Gaza. Al Asad acusó a Washington de actuar fuera del consenso internacional y despreciar el derecho internacional.
Desde el inicio del conflicto en la Franja de Gaza, los hutíes han lanzado múltiples ataques con misiles y drones hacia el sur de Israel y también han apuntado a buques con bandera israelí o propiedad de empresas israelíes en el Mar Rojo.
Además, a mediados de noviembre, confiscaron el buque Galaxy Leader, que navegaba por el Mar Rojo, y lo desviaron hacia el puerto yemení de Al Salif, donde sigue retenido junto con sus 25 tripulantes de diversas nacionalidades.
El buque tiene bandera de las Bahamas y está registrado a nombre de una compañía británica que lo había arrendado a una compañía japonesa. Según informes de la prensa israelí, el magnate israelí Rami Abraham Unger tiene participación parcial en la propiedad del buque, y Unger está involucrado en el negocio de la marina mercante.