En medio de una gélida ola de frío, los equipos de rescate en China continúan trabajando incansablemente para encontrar supervivientes después de que un terremoto sacudiera las provincias de Gansu y Qinghai en el noroeste del país.
El sismo, con una magnitud de 6.2, tuvo su epicentro en la frontera entre estas dos provincias y dejó un saldo de al menos 118 personas fallecidas y 200 heridas.
Las bajas temperaturas, que han alcanzado hasta -14 grados centígrados, están complicando enormemente las tareas de rescate. Un rescatista citado por la revista china Newsweek expresó su preocupación por las dificultades causadas por el clima extremo y las complicaciones para acceder a las regiones montañosas afectadas por el sismo.
Además de las víctimas confirmadas, se reportan al menos 20 personas desaparecidas, y los equipos de rescate están utilizando drones, excavadoras y topadoras en medio del mal tiempo para intentar encontrarlas.
Las primeras 72 horas posteriores a un terremoto son cruciales para las operaciones de rescate, pero el clima adverso está acortando este valioso período de tiempo, aumentando el riesgo para quienes quedaron atrapados.
El Gobierno chino y el Ministerio de Gestión de Emergencias han decretado una respuesta de nivel II al desastre, enviando médicos y suministros sanitarios a la zona del desastre.
Más de 2,000 bomberos están involucrados en las tareas de alivio, y las fuerzas armadas también están participando en las operaciones de rescate y alivio, con un fondo de 200 millones de yuanes (aproximadamente 28 millones de dólares) asignado por Pekín para este propósito.
El presidente chino, Xi Jinping, instó a las autoridades locales a hacer "todos los esfuerzos posibles" para tratar a los heridos, reparar la infraestructura dañada y reasentar a los afectados.
Este terremoto es el más mortífero en China desde el ocurrido en agosto de 2014 en la provincia de Yunnan, que dejó 617 fallecidos, aunque está lejos de la tragedia de 2008 en la provincia de Sichuan, que cobró la vida de al menos 70,000 personas.
La prensa local ha destacado la "escasa resistencia sísmica" de los edificios en estas regiones como un factor importante en la alta cifra de víctimas, junto con el hecho de que el terremoto ocurrió durante la noche, dejando poco margen para evacuaciones. Algunos residentes informaron que estaban durmiendo cuando ocurrió el sismo y no tuvieron tiempo de buscar refugio.
En respuesta a la emergencia, las autoridades han enviado suministros, incluyendo tiendas de campaña, camas plegables, edredones y estufas, para ayudar a las personas afectadas. Hasta el momento, se han asignado un total de 111,500 artículos de socorro para cubrir las necesidades básicas de la población afectada.
Este terremoto tuvo su epicentro en una zona sísmica cerca de la meseta tibetana, que con frecuencia experimenta movimientos telúricos debido a la interacción de las placas tectónicas de Asia y la India en el Himalaya.
Además, se reportó otro sismo de magnitud 5.5 en la región de Xinjiang, en el noroeste, aunque lejos de áreas habitadas, sin causar daños personales o materiales significativos.