El fuerte terremoto de 7.6 grados que sacudió este lunes 1 de enero la costa occidental del centro de Japón ha dejado al menos 50 muertos.
Las labores de rescate están en pleno desarrollo mientras los equipos buscan desesperadamente a personas atrapadas bajo los escombros de los edificios colapsados.
La ciudad de Wajima, ubicada a unos 500 kilómetros de Tokio y cerca del epicentro del terremoto, es una de las áreas más afectadas.
Aproximadamente 25 edificios, muchos de ellos viviendas particulares, se desplomaron en esta localidad de 27,000 habitantes. Se teme que unas 14 de estas estructuras puedan tener personas atrapadas bajo sus restos, según informó el cuerpo de bomberos local, que trabaja incansablemente en las operaciones de rescate.
Hasta el momento, se han confirmado 19 víctimas en Wajima, 20 en Suzu, 5 en Nanao, 2 en Anamizu, 1 en Hakui y 1 en Shiga, todas ellas en la prefectura de Ishikawa, que ha sufrido graves daños estructurales e incendios. Las cifras de fallecidos podrían aumentar en las próximas horas, ya que aún continúan las operaciones de rescate y atención médica a numerosos heridos.
Las imágenes transmitidas por la cadena pública NHK revelaron un edificio de siete pisos completamente derrumbado en el centro de Wajima, una zona conocida por su mercado matutino. Además, se informó de un incendio que afectó a más de 200 estructuras en la prefectura, aunque las posibilidades de que se propague aún más son limitadas, según las autoridades.
EFE/FRANCK ROBICHON
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, asumió personalmente la gestión del desastre y anunció que movilizará a las Fuerzas de Autodefensa, la Guardia Costera de Japón, los bomberos y la policía para brindar ayuda. Sin embargo, se enfrentan a desafíos significativos, ya que muchas áreas en el norte de la península de Noto son de difícil acceso debido a los daños causados por el terremoto.
Se estima que alrededor de 32,000 personas han sido evacuadas en las prefecturas de Ishikawa, Toyama y áreas circundantes. Los servicios de transporte aéreo y trenes locales siguen suspendidos, y más de 1,000 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa japonesas están involucrados en las operaciones de rescate.
Miles de hogares siguen sin electricidad, principalmente en Ishikawa, y se han experimentado cortes de gas y agua en decenas de miles de viviendas. Además, se reportan problemas de conexión en servicios de telefonía fija y móvil.
A pesar de la magnitud de este desastre, las subidas del nivel del mar no causaron daños significativos en Japón ni en la vecina Corea del Sur. Las centrales nucleares del país no sufrieron daños directos, lo que representa un alivio para la nación, ya que son vulnerables a los terremotos.
Este terremoto es el más mortífero en Japón desde abril de 2016, cuando dos seísmos golpearon la isla japonesa de Kyushu, dejando medio centenar de muertos y más de mil heridos.
A pesar de la frecuencia de los desastres naturales en Japón, el país se ha destacado por su preparación y construcciones resistentes a los terremotos, lo que ha contribuido a minimizar el impacto de tales tragedias.
Train passenger captures moment western Japan was hit by a 7.6-magnitude earthquake pic.twitter.com/1ZemLCLUtz
— BNO News (@BNONews) January 1, 2024