En una operación coordinada, las fuerzas armadas estadounidenses y británicas llevaron a cabo un ataque masivo contra más de una docena de instalaciones utilizadas por los rebeldes hutíes en Yemen.
La ofensiva, ejecutada este jueves, empleó misiles Tomahawk lanzados desde buques de guerra y aviones de combate, según informaron funcionarios estadounidenses a The Associated Press.
Entre los blancos alcanzados se encontraban centros logísticos, sistemas de defensa aérea, así como lugares de almacenamiento y lanzamiento de armas, de acuerdo con las autoridades de Estados Unidos.
Este ataque marca la primera respuesta militar directa de Estados Unidos frente a la persistente campaña de ataques con drones y misiles contra barcos comerciales, que ha prevalecido desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás sobre Gaza.
Los residentes de diversas ciudades yemeníes, incluyendo Saná, Hodieda y Taiz, informaron de fuertes explosiones en la mañana del viernes, corroborando la magnitud del ataque. Los reportes indican que la zona portuaria occidental de Hodieda, la ciudad portuaria más grande controlada por los hutíes en el Mar Rojo, fue particularmente afectada.
Este movimiento militar conjunto llega apenas una semana después de que la Casa Blanca y varios aliados emitieran una advertencia final a los hutíes, instándolos a detener los ataques o enfrentar consecuencias militares.
Los ataques fueron confirmados por funcionarios que solicitaron anonimato para discutir las operaciones en curso, mientras que los miembros del Congreso fueron informados temprano el jueves sobre los planes de la huelga.
La participación del Reino Unido en esta acción subraya la estrategia de la administración Biden de construir una amplia coalición internacional para abordar la situación en Yemen, en lugar de emprender acciones unilaterales. Más de 20 naciones ya participan en una misión marítima liderada por Estados Unidos para reforzar la protección de los barcos en el Mar Rojo.