El líder norcoreano, Kim Jong-un, hizo un llamado el lunes para cambiar la Constitución de Corea del Norte y establecer a Corea del Sur como el "enemigo principal e invariable".
Según informes del medio estatal KCNA, Kim reiteró que su país no tiene intenciones de evitar la guerra en caso de que se produzca.
Durante un discurso ante la Asamblea Popular Suprema, el Parlamento norcoreano, Kim expresó su convicción de que la unificación con el Sur ya no era posible. Acusó a Seúl de buscar el colapso del régimen y la unificación por absorción, argumentando que la enmienda constitucional sería necesaria para educar a los norcoreanos en esta nueva perspectiva.
“No queremos la guerra, pero no tenemos la intención de evitarla“; declaró Kim, citado por KCNA.
El líder norcoreano también instó a planificar estrategias para "ocupar, subyugar y reclamar completamente" Corea del Sur en caso de conflicto. Propuso dejar de considerar a los surcoreanos como compatriotas y abogó por la ruptura de todas las comunicaciones intercoreanas.
Además, solicitó la destrucción de un monumento a la reunificación en Pionyang y el cierre de tres organizaciones relacionadas con la unificación y el turismo intercoreano, según informaron los medios estatales.
En respuesta, el presidente surcoreano, Yoon Suk-Yeol, calificó las acciones de Pionyang como "antinacionales" en una reunión de su gabinete.
Este nuevo episodio intensifica las tensiones en la península de Corea, ya afectada por recientes pruebas de misiles y la presión de Corea del Norte para cambiar décadas de política respecto a Corea del Sur.
Partes significativas del discurso del líder norcoreano exponían planes para mejorar los medios de subsistencia y sugería que su retórica hacia Corea del Sur y Estados Unidos estaba diseñada para ayudar a mantener la unidad interna y lograr objetivos económicos y militares, mientras Estados Unidos estaba distraído con otras crisis, dijo Eul-Chul, profesor de estudios sobre Corea del Norte en la Universidad Kyungnam del Sur.
Por otro lado, Won Gon-Park, de la Universidad Ewha Womans de Seúl, argumentó que Kim parecía sentirse amenazado por el refuerzo de la disuasión nuclear ampliada por parte de Corea del Sur y Estados Unidos, el despliegue de activos estratégicos estadounidenses en la península coreana y los esfuerzos militares trilaterales con Japón.
“El lenguaje cada vez más agresivo de Kim Jong-un parece mostrar que siente que ha perdido la sartén por el mango en la relación intercoreana”, dijo Park a Reuters.