El Boletín de los Científicos Atómicos, encargado de la emblemática herramienta simbólica conocida como el Reloj del Juicio Final, ha anunciado que por segundo año consecutivo, las agujas del reloj se mantienen a tan solo 90 segundos de la medianoche, representando la cercanía simbólica al apocalipsis.
Este preocupante indicador, que desde su creación en 1947 nunca había estado tan próximo a la hora final, refleja la gravedad de las amenazas actuales.
La decisión de mantener los 90 segundos restantes para el apocalipsis, tomada este martes en Washington por el Boletín, se fundamenta en las tendencias siniestras que persisten y apuntan al mundo hacia una catástrofe global.
La guerra de Ucrania y la crisis climática son los dos factores clave que han contribuido a mantener el Reloj del Juicio Final en esta posición crítica.
Los científicos han expresado su mayor preocupación por la amenaza inminente del uso de armas nucleares en el conflicto de Ucrania. Además, alertan sobre los esfuerzos de China, Rusia y Estados Unidos para modernizar sus arsenales nucleares, aumentando así el riesgo de una guerra nuclear debido a un error de cálculo.
La crisis climática también ha desempeñado un papel determinante en la agónica cuenta atrás del Reloj del Juicio Final. El año 2023 fue catalogado como "el año más caluroso jamás registrado", marcado por desastres como inundaciones, incendios forestales y otros eventos extremos relacionados con el cambio climático.
Adicionalmente, los científicos destacaron el crecimiento acelerado de la inteligencia artificial durante el último año, advirtiendo sobre su potencial militar y de desinformación.
Aunque algunos países han comenzado a reconocer la importancia de regular esta tecnología para reducir el riesgo de daño, la expansión de la inteligencia artificial sigue siendo una preocupación destacada.
La situación actual, reflejada por el Reloj del Juicio Final, se compara con la tensión vivida en 1953 durante la Guerra Fría, cuando el reloj marcó dos minutos para la medianoche. En aquella época, tanto los soviéticos como los estadounidenses llevaron a cabo sus primeras pruebas con armas termonucleares.
El Boletín de los Científicos Atómicos, fundado en 1945 con la misión de alertar al mundo sobre el peligro de una catástrofe nuclear, ha contado con la participación de destacados científicos como Albert Einstein y Robert Oppenheimer, consolidándose como una voz de autoridad en la evaluación de las amenazas globales.