El tanque de combustible de un camión que se incendiaba explotó este jueves en un vecindario ubicado al sur del centro de Los Ángeles, lo que lanzó una bola de fuego por los aires y causó heridas a nueve de los 10 bomberos que respondieron al incendio, informaron oficiales de bomberos.
Los nueve bomberos de Los Ángeles fueron rápidamente trasladados al Centro Médico Harbor-UCLA, donde se encuentran en condición estable. Uno de los dos pacientes en estado crítico fue intubado y llevado vía aérea a un pabellón especializado en quemaduras en el Centro Médico General de Los Ángeles, según la doctora Molly Dean.
Adicionalmente, otros cuatro bomberos sufrieron heridas moderadas, mientras que las lesiones de tres se consideraron menores, destacó la Dra. Dean, quien expresó su sorpresa por la ausencia de lesiones más graves al observar las imágenes del incidente.
El conductor del camión, al percatarse de un problema en su vehículo, logró salir ileso y rápidamente llamó al número de emergencia 911, informaron funcionarios.
El vehículo transportaba dos tanques de 378 litros (100 galones) de gas natural comprimido, uno de los cuales explotó seis minutos antes de la llegada de los bomberos al lugar en Wilmington, ubicado a 29 kilómetros al sur del centro de la ciudad, cerca de los puertos de Los Ángeles y Long Beach.
La alcaldesa Karen Bass, junto con el jefe de bomberos y la doctora Molly Dean, ofrecieron una conferencia de prensa afuera del Centro Médico Harbor-UCLA, describiendo el evento como "un día difícil en Los Ángeles".
Imágenes captadas por el helicóptero de un canal de noticias revelaron partes calcinadas del camión y restos retorcidos, con una pequeña llama persistente. Equipos de bomberos fueron visibles en el área donde se brindó atención médica a los heridos.
El capitán del departamento de bomberos Erik Scott describió la explosión como una bola de fuego tan alta como postes telefónicos, la cual provocó la explosión de un transformador cercano. A pesar de la magnitud del incidente, la rápida acción de los bomberos evitó daños a las viviendas cercanas.
La explosión ocurrió en una zona industrial, separada de un vecindario por una calle ancha y una vía férrea. Aunque no se reportaron viviendas en peligro, se estableció un extenso perímetro de seguridad, y aproximadamente 160 bomberos respondieron al lugar.
“Creo que hoy es un día en el que todos nosotros podemos tomarnos un momento para reconocer lo peligroso que puede llegar a ser el trabajo de un bombero”, dijo la jefa de bomberos Kristin Crowley.
Crowley señaló que su departamento revisará la respuesta al incidente.
“Este equipo está altamente entrenado, y revisará cada aspecto de este incidente y registrará las oportunidades para mejorar y las lecciones aprendidas”, declaró.