La violencia se intensifica en Haití mientras las bandas continúan con ataques coordinados desde la semana pasada. Tras liberar a presos de las principales cárceles, ahora buscan controlar el aeropuerto Toussaint-Louverture en Puerto Príncipe.
En una conferencia el martes, Jimmy Cherizier, conocido como Barbacoa, amenazó con una guerra civil si el Primer Ministro Ariel Henry no dimite.
“Si Ariel Henry no dimite, el país sufrirá un genocidio. Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos llevará directamente a una guerra civil que acabará en genocidio”, afirmó.
“La comunidad internacional, en particular Estados Unidos, Canadá, Francia y el Core Group [ EE.UU., Francia, España, Brasil, Alemania, Canadá, la UE, y representantes de la ONU y de la OEA.], serán responsables de todas las personas que mueran en Haití”, aseguró.
Henry, quien se encontraba fuera del país intentando regresar, enfrenta obstáculos para regresar a Haití. Mientras tanto, los tiroteos persisten en la capital, paralizando actividades y causando pánico entre los residentes.
Las farmacias han sido saqueadas y las entregas de agua se han suspendido, dejando a la población sin suministros básicos.
Los comerciantes luchan por mantener sus negocios abiertos, pero las existencias se agotan rápidamente debido a la interrupción en la cadena de suministro.
La inflación se dispara mientras los precios de alimentos como arroz y harina se duplican. La escasez de alimentos empeora la inseguridad alimentaria, que ya afecta al 44% de la población haitiana, según la ONU.
Con el país al borde del colapso, el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará una reunión de emergencia para abordar la creciente crisis en Haití.