El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha anunciado un nuevo estado de excepción en siete provincias del país debido a un incremento en la criminalidad.
Esta medida afectará a Guayas, El Oro, Santa Elena, Manabí, Sucumbíos, Orellana y Los Ríos, además de una zona específica de Azuay, por un periodo de 60 días, según un decreto firmado por el mandatario, quien en enero catalogó a 22 bandas delictivas como organizaciones terroristas y declaró a Ecuador en guerra contra el crimen organizado.
El gobierno, que presentará el decreto ante la Corte Constitucional, respondió así después de que el tribunal dictaminara este mes que la justificación para una previa declaración de estado de excepción en cinco provincias era insuficiente.
Según el nuevo decreto, las fuerzas de seguridad están autorizadas para realizar registros domiciliarios e interceptar comunicaciones en las áreas afectadas.
Noboa atribuye la violencia, que incluye el asalto armado a una estación de televisión en enero y una significativa toma de rehenes en un penal, a las redes de narcotraficantes que operan desde Colombia y Perú hacia Ecuador.
Anteriormente, el presidente utilizó estados de excepción para intensificar las operaciones de las fuerzas de seguridad, con el objetivo de reducir la alta incidencia de homicidios y otros crímenes.
Aunque el gobierno informó que las muertes violentas disminuyeron un 28% en los primeros dos meses del año en comparación con el mismo periodo de 2023, admitió un aumento en otros delitos como secuestros y extorsiones.
La Fiscalía General investiga ocho casos de posibles ejecuciones extrajudiciales ocurridas durante el último estado de excepción, mientras organizaciones de derechos humanos alertan sobre la falta de medidas efectivas para prevenir abusos de las autoridades.