La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) denunció este jueves el bombardeo ejecutado por Israel contra una de sus escuelas en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, que ha dejado al menos 40 muertos, y ha subrayado que el edificio acogía a 6,000 desplazados en el momento del ataque.
“Otro día horrible en Gaza. Otra escuela de la UNRWA convertida en refugio atacada”, ha dicho el comisionado general de la agencia, Philippe Lazzarini, quien ha afirmado en un mensaje en su cuenta en la red social X que el centro ha sido atacado por las fuerzas israelíes “sin un aviso previo a los desplazados o a la UNRWA”.
A través de la red social X, Lazzarini mencionó que Israel justificó el bombardeo como un intento de alcanzar a supuestos miembros de Hamás en el lugar, aunque la UNRWA no ha podido verificar tales afirmaciones.
Lazzarini reiteró que el uso de instalaciones de la ONU para fines militares, o su ataque, viola gravemente el Derecho Internacional Humanitario. Recordó que más de 180 edificios de la UNRWA y más de 450 desplazados han perecido en ataques desde que comenzó la ofensiva israelí en Gaza.
“La UNRWA comparte las coordenadas de todas sus instalaciones, incluidas esta escuela, con el Ejército israelí y otras partes en conflicto. Atacar las instalaciones de la ONU o usarlas para fines militares no puede convertirse en la nueva norma”, dijo Lazzarini.
“Esto debe parar y todos los responsables deben rendir cuentas”, remarcó.
Por su parte, las autoridades en Gaza, gobernadas por Hamás, confirmaron la cifra de 40 muertos, incluyendo 14 niños, y reportaron 74 heridos, 23 de ellos menores. Acusaron al Ejército israelí de cometer estas "masacres de manera brutal y sistemática", consciente de la gran cantidad de desplazados en estos refugios.
Estas acciones, según Gaza, constituyen un genocidio y han condenado firmemente el "apoyo total" de Estados Unidos a Israel en estos "crímenes organizados contra la humanidad". Además, instaron a la comunidad internacional a denunciar estas masacres y la limpieza étnica en Gaza.
En respuesta, el Ejército de Israel admitió haber bombardeado la escuela, alegando que dentro se ocultaban "terroristas de Hamás", incluidos algunos responsables de ataques previos en territorio israelí el 7 de octubre, que dejaron cerca de 1,200 muertos y 240 secuestrados.