El martes, el gobierno de Islandia otorgó permiso a Hvalur hf., la última empresa ballenera del país, para capturar y sacrificar 128 ballenas de aleta este año, una cantidad significativamente reducida comparada con años anteriores.
Activistas por los derechos de los animales describieron la decisión como inhumana y desalentadora, a pesar de la reducción. Afirmaron que continuar con esta práctica es decepcionante.
En un comunicado, las autoridades islandesas explicaron que Hvalur hf. recibió una licencia para operar en aguas islandesas, así como en partes de Groenlandia y las Islas Faroe durante la temporada de caza de 2024, que generalmente se extiende de junio a agosto.
Esta cifra representa casi la mitad de las 264 ballenas permitidas en 2023, según el International Fund for Animal Welfare, una organización sin fines de lucro.
“El anuncio de hoy representa una reducción importante en la cifra y en la duración del periodo de caza”, comentó Patrick Ramage, director del grupo.
Pero añadió que era “absolutamente ridículo que se permita que la caza continué en cualquier nivel”.
El año pasado, Islandia había pausado temporalmente la caza comercial de las ballenas de aleta por consideraciones de bienestar animal.
Según un informe de mayo de 2023 de la Autoridad de Alimentación y Veterinaria de Islandia, el 67% de las 58 ballenas cazadas durante su supervisión fallecieron o perdieron la conciencia rápidamente.
Sin embargo, se necesitaron múltiples disparos para sacrificar a 14 de ellas, incluyendo dos que recibieron cuatro disparos antes de morir.
El gobierno también anunció que la caza podría continuar pero con métodos más rigurosos y una supervisión intensificada.