El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, respondió este miércoles a las advertencias lanzadas por las autoridades israelíes sobre una posible “guerra total” con Líbano, oponiéndose a tal extremo aunque recomendó al Ejército de Israel “permanecer preparado” en el norte del país.
“Decimos que no queremos una guerra total, porque nuestra lucha es un frente de apoyo. El enemigo habla de ello, pero no puede hacerlo: cualquiera que sean nuestras intenciones, queramos o no una guerra total, el enemigo está obligado a permanecer preparado en el norte del país”, afirmó Nasralá durante un discurso recogido por el diario libanés L’Orient-Le Jour.
Nasralá advirtió a Israel que Hezbolá cuenta con “más de 100,000 combatientes” preparados para actuar incluso “en el peor de los casos”.
“El enemigo israelí ya sabe lo que le espera (…) Tenemos objetivos claros y capacidad de alcanzar metas que harán temblar los cimientos mismos de la entidad”.
Esta escalada de tensiones se produce después de que Hezbolá publicara un vídeo de diez minutos mostrando imágenes del puerto de Haifa y otras infraestructuras militares israelíes capturadas por drones, destacando el mérito de haber evadido la seguridad israelí.
Nasralá afirmó que la presión desde Líbano y los rebeldes hutíes de Yemen -apoyados por Irán- ha impedido que Israel alcance sus objetivos en Gaza, donde su operación militar ha cobrado la vida de casi 37,400 personas desde los ataques de Hamás del 7 de octubre.
“Los éxitos sobre el terreno en Gaza y las pérdidas sufridas por el enemigo lo llevan a la derrota. Y sin embargo, todavía afirman ser ‘el Ejército más fuerte de la región’. Ni siquiera pueden gestionar la situación en Rafah, que lleva varias semanas sitiada", criticó Nasralá.
La operación israelí en Gaza lleva más de ocho meses, periodo en el que Israel asegura haber acabado con una veintena de batallones de Hamás y que quedan operativas apenas cuatro estructuras de la milicia en Rafah.
El Ejército de Israel y Hezbolá han mantenido enfrentamientos desde el 8 de octubre, un día después de los ataques de Hamás, que resultaron en cerca de 1,200 muertos y 240 rehenes.