José Raúl Mulino asume este lunes la presidencia de Panamá con la firme intención de detener la migración irregular a través del Darién con la ayuda de Estados Unidos.
Mulino, abogado y exministro de Seguridad de 65 años, tiene como prioridad firmar un memorándum de entendimiento con Estados Unidos para cerrar la frontera a la migración proveniente de Sudamérica hacia Norteamérica.
El presidente electo considera que este flujo migratorio, que ha aumentado en los últimos años, es una crisis humanitaria “intolerable” que afecta el medioambiente y la economía de Panamá y viola los derechos humanos de los migrantes, muchos de ellos mujeres y niños.
El año pasado, más de medio millón de personas, mayormente venezolanos, utilizaron esta ruta. Este año, más de 190 mil lo han hecho.
El acuerdo con Estados Unidos, relevante de cara a las elecciones de noviembre, busca que el país norteamericano financie vuelos desde Panamá para repatriar a los migrantes sin documentos.
El canciller designado, Javier Martínez Acha, confirmó la cooperación de Estados Unidos en este esfuerzo, aunque no se especificaron los montos económicos. Esto se anunció tras una reunión de Mulino con el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos Alejandro Mayorkas, quien asistirá a la toma de posesión.
El plan también incluye cerrar las rutas utilizadas por los migrantes en su travesía por la selva.
“Como tema clave en su agenda, Mulino ha prometido poner fin a la migración irregular por el Tapón del Darién”, afirmó Michael Shifter, profesor adjunto de la Universidad de Georgetown. “El nuevo presidente parece sumamente comprometido con esta idea”.
“Sin embargo, no será fácil ejecutar esta política, se puede esperar grupos e intereses en contra", afirmó. "Un asunto importante es el papel de Estados Unidos en tal esfuerzo”.
“Los Estados Unidos deberían asumir los costos por los vuelos de deportación”, agregó Shifter. Mulino prefiere hablar de “repatriación”.
Mulino jurará el cargo al mediodía en el Centro de Convenciones ATLAPA, en la capital del país, ante varios líderes de la región, entre ellos los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Costa Rica, Rodrigo Chaves.
Mulino y Petro se reunieron antes del acto y acordaron celebrar un encuentro con Estados Unidos para abordar la crisis migratoria, según la oficina de prensa del presidente electo. No se precisó la fecha. Petro indicó que si se frena la migración venezolana, el problema sería mínimo.
Especializado en derecho marítimo por la Universidad de Tulane, Mulino ganó las elecciones del 5 de mayo con más del 30 % de los votos, respaldado por el partido Realizando Metas del expresidente Ricardo Martinelli, quien no pudo buscar un segundo mandato tras ser inhabilitado por una condena por lavado de dinero. Martinelli está asilado en la embajada de Nicaragua desde febrero.
Mulino enfrentará otros grandes desafíos, como resolver la crisis de agua que compromete la operación futura del canal interoceánico y cerrar una mina de cobre que provocó grandes protestas y cuyo cese de operación podría contraer la economía en 2024 y exponer a Panamá a demandas cuantiosas.
“Hay mucha incertidumbre alrededor", apuntó Shifter.