El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en la capital iraní, Teherán la madrugada del miércoles, generando amenazas de venganza contra Israel y aumentando el temor de una guerra más amplia en Oriente Medio.
El grupo palestino y la Guardia Revolucionaria de Irán confirmaron su muerte, indicando que ocurrió pocas horas después de que Haniyeh asistiera a la ceremonia de juramentación del nuevo presidente iraní.
Aunque se sospecha que Israel está detrás del ataque, el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu no ha reivindicado la responsabilidad ni ha comentado al respecto.
Haniyeh, quien usualmente residía en Qatar, era el rostro de la diplomacia internacional de Hamás desde el inicio del conflicto en Gaza el pasado 7 de octubre. Recientemente, había participado en conversaciones mediadas internacionalmente para alcanzar un alto el fuego.
El asesinato de Haniyeh se produjo menos de 24 horas después de que Israel matara a un comandante de Hezbolá en Beirut, en represalia por un ataque en los Altos del Golán.
Estos eventos complican las posibilidades de un acuerdo de alto el fuego en el conflicto de casi diez meses entre Israel y Hamás.
Hamás declaró que la muerte de Haniyeh "llevará la batalla a nuevas dimensiones y tendrá repercusiones importantes". Irán prometió represalias, declaró tres días de duelo nacional y responsabilizó a Estados Unidos por su apoyo a Israel.
El líder supremo iraní, Ali Khamenei, afirmó que Israel que Israel había proporcionado las bases para “castigarse duramente” y que Teherán vengará la muerte de Haniyeh. Fuerzas iraníes ya han atacado a Israel en el pasado durante la guerra de Gaza.
En Jerusalén, un portavoz del gobierno israelí evitó comentar sobre el asesinato, pero indicó que el país está en alerta máxima ante posibles represalias iraníes.
David Mencer, portavoz israelí, reafirmó el compromiso de Israel con las negociaciones de alto el fuego y la liberación de rehenes israelíes en Gaza.
En un evento en Singapur, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, evitó hablar del asesinato de Haniyeh, destacando la importancia de un acuerdo de alto el fuego en Gaza para prevenir una escalada regional.
Aseguró que Estados Unidos no estaba al tanto del ataque ni involucrado en él. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, subrayó que Israel no busca intensificar el conflicto, pero está preparado para cualquier escenario.
Qatar, mediador en las conversaciones para detener los combates en Gaza, condenó el asesinato de Haniyeh, calificándolo como una peligrosa escalada del conflicto.