Durante esta semana, se ha detenido a más de 1,200 personas en protestas relacionadas con los resultados oficiales de las elecciones presidenciales en Venezuela, según declaró el presidente Nicolás Maduro, quien fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las manifestaciones se intensificaron después de que la oposición alegara que su candidato, Edmundo González Urrutia, había obtenido una victoria significativa, contradiciendo los resultados preliminares.
Maduro, en un discurso frente a la Guardia Nacional Bolivariana, describió a los detenidos como "criminales" y afirmó que habían sido preparados en Perú, Chile, Texas y Colombia para ejecutar actos de terrorismo en Venezuela. Además, mencionó que un gran porcentaje de los venezolanos repatriados de Estados Unidos participaron en los ataques.
La controversia crece mientras entidades internacionales como el Centro Carter critican la integridad del proceso electoral, sugiriendo que no cumple con los estándares internacionales.
Por otro lado, el fiscal general Tarek William Saab confirmó un saldo adicional de heridos entre las fuerzas de seguridad y la muerte de un sargento, incrementando la tensión en el país.
Esta situación se da en un contexto donde aún se espera el conteo de más de dos millones de votos que podrían alterar el resultado final de las elecciones.