China, con uno de los programas nucleares más herméticos del mundo, efectuó hoy el primer lanzamiento público en más de 40 años de un misil balístico de largo alcance, un acto inesperado en el contexto de las crecientes tensiones con Taiwán y en coincidencia con la Asamblea General de la ONU.
El Ministerio de Defensa chino anunció que el Ejército Popular de Liberación (EPL) lanzó a las 8:44 hora local un misil balístico intercontinental hacia el océano Pacífico, el cual transportaba una ojiva explosiva y amerizó en la zona designada.
El comunicado oficial no utilizó lenguaje nuclear y describió la prueba como parte de un “entrenamiento anual rutinario”, asegurando que los países relevantes fueron notificados con antelación.
Según el Ministerio, el lanzamiento tenía como objetivo evaluar el rendimiento del armamento y la efectividad del entrenamiento militar, logros que, según la cartera, se alcanzaron.
Este es el primer lanzamiento de un misil balístico intercontinental que China hace público desde 1980, cuando un misil DF-5 voló más de 9,000 kilómetros sobre el Pacífico Sur.
La prueba coincide con un incremento de tensiones en el mar de China Meridional, donde han ocurrido enfrentamientos entre buques chinos y filipinos, lo que podría dar lugar a un conflicto entre Estados Unidos y China.
Expertos militares sugieren que la prueba busca validar la confiabilidad de los misiles balísticos intercontinentales del país. Se especula que el misil podría ser un DF-31 o un DF-41, diseñado para disuadir a otras naciones de amenazar a China con coerción nuclear.
La opacidad del programa nuclear de China ha suscitado críticas, especialmente de Estados Unidos, que estima que el país tiene más de 500 cabezas nucleares y podría duplicar esta cifra para 2030.
Un informe reciente del New York Times reveló que el presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó un plan estratégico enfocado en la expansión del arsenal nuclear chino, lo que ha generado “grave preocupación” en Pekín.
Por su parte, los funcionarios chinos argumentan que es Estados Unidos quien ha aumentado su arsenal nuclear de manera “irresponsable”, justificando sus propias acciones como una estrategia de defensa nacional.
China no está suscrita a ningún tratado de desarme y ha rechazado participar en negociaciones sobre el control de armas nucleares, argumentando que su arsenal es significativamente menor que el de Rusia y Estados Unidos.
Sin embargo, han admitido el desarrollo de misiles de alcance medio en su territorio, expresando su preocupación por la expansión militar estadounidense en la región.
Este lanzamiento también se produce en un clima de tensiones crecientes con Taiwán, especialmente tras la llegada al poder de su nuevo presidente, William Lai, considerado por Pekín un “alborotador” separatista.
China considera a Taiwán como una provincia rebelde desde 1949, cuando las tropas nacionalistas se retiraron allí tras su derrota ante el ejército comunista.