En una acción esperada, el ejército israelí ha comenzado incursiones terrestres "limitadas" en el sur de Líbano a primera hora del martes, apuntando a objetivos de Hezbolá en la zona fronteriza.
A través de un comunicado, las fuerzas israelíes informaron que estas operaciones están dirigidas a pueblos cercanos a la frontera que representan una "amenaza inmediata" para las comunidades en el norte de Israel. Las fuerzas terrestres están recibiendo apoyo de la fuerza aérea y la artillería mediante "ataques precisos".
Los habitantes de Aita al-Shaab, un pueblo libanés fronterizo, reportaron intensos bombardeos y el sobrevuelo de helicópteros y drones en la región.
El lunes, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, había anticipado a los líderes locales que la próxima fase del conflicto en la frontera comenzaría pronto, buscando proteger a los israelíes que han estado bajo amenaza de cohetes de Hezbolá durante casi un año.
La situación se intensificó con la reciente muerte de Hasán Nasralá, el líder de Hezbolá, abatido por Israel el pasado viernes, lo que supone un duro golpe para el grupo y su aliado Irán.
Este ataque se produce tras semanas de bombardeos que han dejado aproximadamente 1,000 civiles muertos y un millón de desplazados, según informes del gobierno libanés.
En las últimas 24 horas, los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 95 personas y dejado 172 heridas en varias regiones del sur de Líbano, el valle de la Becá y Beirut, según el Ministerio de Sanidad libanés. En respuesta, Naim Qassem, líder adjunto de Hezbolá, afirmó que las "fuerzas de resistencia están listas para un enfrentamiento terrestre".
Los ataques de Israel forman parte de un conflicto más amplio que abarca no solo a Líbano, sino también a Gaza y grupos pro-Irán en Yemen e Irak, aumentando las preocupaciones sobre una posible escalada que involucre a Estados Unidos e Irán.