Por primera vez desde el desastre de Fukushima en 2011, las autoridades japonesas han impedido la puesta en marcha de un reactor nuclear.
Este miércoles, la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón rechazó la activación del reactor número 2 de la central de Tsuruga, operada por Japan Atomic Power.
La razón de esta decisión radica en que el reactor está ubicado sobre una falla geológica activa, lo que representa un riesgo para su funcionamiento seguro.
Japón, un país con alta actividad sísmica, tiene estrictas normativas que prohíben la construcción de nuevos reactores en zonas geológicamente inestables.
En este caso, el grupo de trabajo del organismo de control no pudo descartar la posibilidad de que una falla activa, ubicada a unos 300 metros del reactor, se extienda directamente bajo la instalación.
Este incidente marca un hito, ya que la unidad de Tsuruga se convierte en la primera en suspender el proceso de reactivación tras la tragedia de Fukushima, que fue ocasionada por un devastador terremoto y tsunami.
En 2013, un informe de la misma autoridad había identificado una falla activa en la región, y desde entonces, el proceso de evaluación se ha detenido en dos ocasiones debido a errores en los documentos proporcionados por la empresa operadora.
Actualmente, 27 de los 35 reactores nucleares de Japón están siendo sometidos a inspecciones rigurosas, y 17 de ellos han sido aprobados para operar nuevamente bajo las nuevas normativas de seguridad.