Elementos de la Guardia Nacional de Estados Unidos han intensificado la vigilancia en Brownsville, Texas, colindante con Matamoros, Tamaulipas, como parte de los esfuerzos para frenar el cruce de migrantes tras la cancelación masiva de citas para asilo humanitario a través de la plataforma digital CBP One.
Del lado mexicano, se observan vehículos artillados circulando por la zona, una medida que busca inhibir el paso de migrantes. Este refuerzo se da tras la suspensión de la aplicación CBP One, que dejó de funcionar el ayer al mediodía, justo cuando Donald Trump asumía la presidencia.
Los solicitantes recibieron correos informando que sus trámites fueron anulados, lo que generó incertidumbre entre ellos.
El puerto fronterizo de Brownsville, uno de los ocho autorizados para recibir a los migrantes, era clave para que los solicitantes pudieran presentar pruebas de su solicitud de asilo.
Sin embargo, con la interrupción de CBP One y el posible regreso del programa "Quédate en México", miles de migrantes se encuentran en espera en ciudades fronterizas mexicanas.
Activistas como Gladys Cañas, de la agrupación Ayudándoles a Triunfar, han señalado que, antes de la investidura de Trump, los migrantes ya sufrían altos niveles de presión y nerviosismo, lo que llevó a algunos a intentar cruzar el río Bravo sin documentos.
Actualmente, la organización asesora a los migrantes sobre los riesgos de ingresar de manera indocumentada, recomendando esperar a que Estados Unidos defina sus nuevas políticas migratorias.
En tanto, en las márgenes del río Bravo, además de los recorridos tradicionales de la Patrulla Fronteriza, se observa ahora un mayor despliegue de vehículos artillados de la Guardia Nacional de Estados Unidos, con el objetivo de asegurar la frontera y frenar el paso de migrantes.