El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto ejecutivo que elimina las restricciones sobre los popotes de plástico y anunció su intención de erradicar el uso de popotes de papel, una alternativa adoptada en años recientes por diversas ciudades, empresas y estados con fines ecológicos.
En la orden ejecutiva, Trump califica de “irracional” la campaña contra los popotes plásticos, argumentando que los popotes de papel no son funcionales, contienen productos químicos que podrían ser perjudiciales para la salud, son más caros de producir y, en ocasiones, se envuelven en plástico, lo que contradice los objetivos ambientales. Por ello, se establece que la política del gobierno estadounidense es eliminar los popotes de papel.
El decreto también incluye un arancel del 25% a las importaciones de aluminio y acero, y una instrucción para los encargados de las compras del gobierno para que se dejen de adquirir popotes de papel en las agencias federales. Además, en un plazo de 45 días, se desarrollará una “Estrategia Nacional” para poner fin al uso de popotes de papel en el país.
En contraste, la administración del presidente Joe Biden había aprobado previamente un plan para reducir gradualmente los plásticos de un solo uso, incluyendo popotes y cubiertos, con el objetivo de eliminarlos en todos los departamentos gubernamentales para 2035.
El movimiento “The Last Plastic Straw”, parte de la Coalición contra la Contaminación Plástica, destaca que en Estados Unidos se usan más de 500 millones de popotes de plástico al día, una cifra que subraya el problema de la contaminación plástica generado por este producto de uso único.
Entre las compañías que optaron por sustituir los popotes plásticos por los de papel se encuentran Disney, Starbucks y Alaska Airlines.