El Gobierno de Alemania ha decidido ampliar otros seis meses más, hasta el 15 de septiembre, con el objetivo de frenar la inmigración irregular y posibles amenazas terroristas.
El canciller Olaf Scholz aseguró que estos controles han sido efectivos para reducir la inmigración ilegal.
Esta medida llega en un momento clave, ya que Scholz enfrenta elecciones generales dentro de una semana y media, en medio de un debate sobre el endurecimiento de la política migratoria.
El Ministerio del Interior ha reportado unas 80.000 entradas no autorizadas y 47.000 rechazos en la frontera debido a problemas como la falta de documentación. Además, 1.900 personas han sido detenidas por presunto tráfico de personas.
El Gobierno alemán ha informado a la Comisión Europea sobre la extensión de los controles, los cuales están permitidos en situaciones excepcionales dentro del espacio Schengen.
Desde 2015, Alemania mantiene controles en la frontera con Austria, y desde octubre de 2023 también en los cruces con Polonia, la República Checa y Suiza.
La extensión de los controles en septiembre incluyó también las fronteras con Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.