Un incidente ocurrido el jueves involucró un avión de American Airlines cuyo motor se incendió después de que la aeronave se desviara para aterrizar en Denver.
Según la Administración Federal de Aviación (FAA), el vuelo 1006, que viajaba desde Colorado Springs con destino a Dallas, experimentó problemas con uno de sus motores, lo que obligó a la tripulación a cambiar la ruta y aterrizar en Denver.
Durante el aterrizaje, el motor comenzó a emitir humo, lo que provocó la evacuación de los 172 pasajeros y seis miembros de la tripulación utilizando los toboganes de emergencia.
Afortunadamente, todos los ocupantes pudieron abandonar el avión sin mayores complicaciones. Sin embargo, seis pasajeros fueron trasladados a un hospital local para una evaluación médica adicional.
El avión, un Boeing 737-800 de 13 años, había aterrizado sin problemas y se dirigía hacia la puerta de embarque cuando surgió el problema con el motor, que estaba equipado con un motor CFM56 fabricado por CFM International.
La FAA ha iniciado una investigación sobre el incidente, mientras que las autoridades del Aeropuerto Internacional de Denver confirmaron que el incendio fue sofocado y que las operaciones de vuelo se reanudaron con normalidad.
Este incidente se suma a una serie de eventos preocupantes en la aviación estadounidense, que incluyen accidentes recientes que han generado dudas sobre la seguridad aérea.
A principios de este año, un avión regional de American Airlines y un helicóptero militar colisionaron en pleno vuelo, dejando un saldo de 67 muertos. Además, el mes pasado, un avión regional de Delta Air Lines volcó durante su aterrizaje en Toronto, resultando en 18 heridos.
Este tipo de sucesos, junto con fenómenos meteorológicos extremos, han sido citados como factores que afectan la demanda de viajes aéreos en el país.