El Tribunal Supremo de Rusia anunció este jueves que los talibanes ya no serán considerados una organización terrorista en el país, decisión que podría facilitar el reconocimiento oficial del gobierno afgano por parte del Kremlin.
El fallo entró en vigor de inmediato tras la solicitud de la Fiscalía General rusa, que argumentó que el grupo ha renunciado a apoyar o justificar actos de terrorismo.
Los talibanes fueron incluidos en la lista negra en 2003, debido a su uso de tácticas violentas y sus presuntos vínculos con grupos armados en Chechenia.
Sin embargo, el gobierno ruso comenzó a establecer contactos con ellos incluso antes de su regreso al poder en Kabul en 2021, tras la retirada de las tropas estadounidenses.
La nueva ley, firmada por el presidente Vladímir Putin en diciembre de 2024, permite sacar a ciertos grupos de la lista si se demuestra que han abandonado cualquier forma de respaldo al terrorismo.
El proceso exige una recomendación de la Fiscalía y una decisión judicial, como ocurrió en este caso. Posteriormente, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) actualiza el registro oficial.
No obstante, la eliminación de la lista es provisional: si la organización reincide, puede ser incluida nuevamente. En estos 22 años, 37 personas han sido procesadas en Rusia por vínculos con los talibanes. De ellas, nueve recibieron penas de prisión, y otras cinco fueron condenadas por planear un atentado en Yekaterimburgo.
El acercamiento entre Rusia y los talibanes se ha intensificado en los últimos años, especialmente tras la enemistad del grupo afgano con el Estado Islámico.
En 2018, representantes talibanes fueron invitados a Moscú, y en 2024, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se reunió con su homólogo talibán, Amir Khan Muttaqi. Ambos destacaron el interés común en fortalecer relaciones políticas y económicas.
El FSB considera ahora que los talibanes podrían ser un aliado clave en la lucha contra el Estado Islámico de la Provincia del Jorasán, responsable del atentado en Moscú en marzo de 2024, donde murieron 145 personas.