El ataque perpetrado este jueves por el Ejército de Estados Unidos contra el puerto petrolero de Ras Isa, en la gobernación yemení de Hodeida, controlada por los rebeldes hutíes, ha dejado un saldo de más de 70 muertos y 171 heridos, según informaron este viernes las autoridades locales.
El Departamento de Salud de Hodeida detalló que se trata de 74 muertos y 171 heridos, basándose en un balance preliminar y en testimonios de testigos que aseguran que el Ejército estadounidense bombardeó la zona en hasta 14 ocasiones.
Asimismo, las mismas fuentes denuncian que Estados Unidos habría lanzado una segunda oleada de ataques cuando el personal de emergencias se encontraba en la zona atendiendo a las víctimas del primer bombardeo.
A pesar de la magnitud de los daños, las autoridades de Hodeida informaron que los trabajos de emergencia continúan en curso.
Por su parte, el Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) justificó el ataque en un comunicado, señalando que "las fuerzas estadounidenses han tomado medidas para eliminar esta fuente de combustible para los terroristas hutíes, respaldados por Irán, y privarlos de los ingresos ilegales que han financiado sus esfuerzos por aterrorizar a toda la región durante más de diez años".
CENTCOM añadió que "los hutíes, respaldados por Irán, utilizan el combustible para sostener sus operaciones militares, como arma de control, y para beneficiarse económicamente de la malversación de los beneficios de la importación", afirmando que este combustible debería "suministrarse legítimamente al pueblo yemení".
En respuesta a los ataques, los hutíes calificaron lo ocurrido en Ras Isa como un "crimen de guerra completo" y advirtieron que "no quedará sin castigo".
Además, denunciaron las "excusas" de Estados Unidos sobre el ataque como "falsas y engañosas", y aseguraron que continuarán con sus operaciones contra la navegación israelí en el mar Rojo.
El Ejército estadounidense ha intensificado los bombardeos en Yemen durante el último mes, con ataques casi diarios en varias provincias, incluida la de Saná.
Esta ofensiva comenzó tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de una "acción militar decisiva y contundente" contra los hutíes, como respuesta a su campaña de ataques en el mar Rojo.
Los hutíes, por su parte, habían lanzado ataques contra la navegación y contra Israel en respuesta a la ofensiva militar contra la Franja de Gaza, aunque estas operaciones fueron suspendidas tras el alto el fuego de enero entre el Gobierno israelí y Hamás.
Sin embargo, los rebeldes retomaron sus ataques el 18 de marzo, después de que Israel rompiera el acuerdo.