Miles de personas se dieron cita este miércoles en la basílica de San Pedro para rendir homenaje al papa Francisco, quien falleció el lunes a los 88 años.
El velatorio público, que se extenderá por tres días, permitirá que los fieles se acerquen al ataúd de madera del pontífice, colocado en una rampa frente al altar principal.
Cuatro guardias suizos permanecían firmes junto al féretro, mientras los cardenales y otros miembros de la Iglesia visitaban el lugar para presentar sus respetos antes del funeral.
Durante la jornada, el cuerpo de Francisco fue trasladado desde su residencia en el Vaticano hasta la basílica, en una procesión que cruzó la plaza de San Pedro, donde él mismo realizó su última aparición pública durante la misa de Pascua, a pesar de su delicada salud.
El cardenal Kevin Farrell encabezó la procesión hacia el altar, mientras el coro entonaba la Letanía de los Santos.
La basílica permanecerá abierta hasta la medianoche para permitir que decenas de miles de personas se despidan del papa argentino.
El velatorio concluirá el viernes a las 7 de la tarde, momento en el cual el ataúd será cerrado y sellado. El funeral se llevará a cabo el sábado a las 10 de la mañana en la plaza de San Pedro, con la asistencia de diversos líderes internacionales, como los presidentes de Estados Unidos y Ucrania.
Mientras tanto, los cardenales continúan reuniéndose para ultimar los detalles del cónclave, que se celebrará en los próximos días para elegir al sucesor de Francisco.
No se espera que el cónclave comience antes del 5 de mayo. En este cónclave participarán 135 cardenales menores de 80 años, quienes tendrán la responsabilidad de elegir al nuevo pontífice.
Francisco, conocido por su mensaje de inclusión y su defensa de los pobres, será recordado por su humildad y su visión progresista. A lo largo de su papado, también enfrentó críticas de sectores conservadores debido a sus posiciones sobre temas como el capitalismo y el cambio climático.
El papa argentino deja un legado que será debatido durante las semanas venideras, mientras la Iglesia se prepara para una nueva etapa bajo el liderazgo de su sucesor.