Las consecuencias de lanzar esta bomba fueron enormes, la destrucción en Hiroshima fue devastadora a los ojos de quienes observaron desde fuera lo que pasaba, y, para quienes lo sobrevivieron, uno de los traumas más grandes y con graves consecuencias físicas.
“Little Boy”, como llamaron a la bomba, explotó 600 metros sobre la ciudad, con una fuerza de 13 kilotones de TNT, alcanzó un millón de grados centígrados en segundos y la bola de fuego llegó a tener hasta 256 metros de diámetro; se estima que 12 kilómetros de la ciudad fueron destruidos, murieron alrededor de 120 mil personas y miles más heridas. Pero no fue solo la destrucción de la ciudad, este hecho puso a los ojos de todo el mundo el poder de las armas nucleares, su capacidad de destrucción y, sobretodo, que ésta ya estaba lista para ser usada en cualquier momento o situación.
Hoy se cumplen 70 años de esta tragedia y como cada año, la ciudad se convierte en un lugar de luto, pero también de reflexión.
Desde las 8:15 am (hora en que se lanza la bomba) políticos, sobrevivientes y cualquier persona, se reúnen en el Hiroshima Peace Memorial Park, en una ceremonia para honrar a quienes fallecieron en 1945, meditar sobre los peligros que se corre con este tipo de armas y también para abogar por leyes anti-nucleares.
Este bombardeo, junto con Nagasaki, son los únicos de tinte nuclear que se han llevado a cabo en toda la historia de la humanidad. Su impacto en la sociedad ha sido suficiente para tener presente el alcance de los conflictos bélicos y de lo que el hombre es capaz de hacer contra su prójimo, este tipo de ceremonias nos ayudan a mantenerlo vigente, para que nunca más se realice un acto de esta magnitud
Vía | TIME | Sopitas