El jurado no logró una decisión unánime sobre la sentencia contra James Holmes, el autor de la masacre en un cine de Aurora (Colorado) que en 2012 costó la vida a 12 personas y dejó a más de 70 heridos, por lo que ha sido condenado a cadena perpetua y no con la pena capital. Holmes, de 27 años, irrumpió en una sala de cine y perpetró una matanza que conmovió a Estados Unidos y que impulsó a Colorado a aprobar una de las leyes más restrictivas del país en materia de control de armas.
Los 12 miembros del jurado -nueve mujeres y tres hombres- comenzaron sus deliberaciones este jueves y han alcanzado su veredicto en apenas 7 horas. Su decisión, que debía ser unánime en el caso de que Homes fuera condenado a muerte, pone fin a uno de los juicios más largos de la historia de EE UU. La alternativa para el responsable de uno de las matanzas más graves de los últimos años, era la pena capital. El veredicto supone una victoria para la defensa, que reclamaba la cadena perpetua aún sin la posibilidad de optar a la libertad condicional.
Holmes, nacido en San Diego (California) y licenciado en neurociencia, ha estado presente durante las comparecencias de 250 testigos y víctimas ante el juez, que también permitió la proyección de 24 horas de vídeo y más de 1.500 fotografías relacionadas con el suceso. El joven utilizó un gas lacrimógeno en una sala de cine donde se proyectaba la última entrega de la saga de Batman y se identificó como el personaje de ‘Joker’ antes de disparar contra los espectadores. Poco después era detenido por la policía en las inmediaciones del recinto.
La defensa de Holmes ha alegado durante estos tres años que el joven padece una enfermedad mental, esquizofrenia, por lo que solicitaron la cadena perpetua. Sin embargo, esos argumentos no impidieron que el pasado 16 de julio ya fuera declarado culpable -por el mismo jurado- de 165 cargos, 24 de ellos por asesinato en primer grado. Holmes sí ha reconocido durante el procedimiento judicial que es el autor del tiroteo, pero no se declaró culpable, justificando sus actos por su enfermedad.
El jurado ha estudiado en estos tres años las diferentes evaluaciones psiquiátricas realizadas a Holmes y que servirían para determinar tanto su responsabilidad en la matanza como si podía ser condenado a muerte. El jurado decidió finalmente que Holmes estaba sano en la noche del tiroteo. En el caso contrario hubiera sido internado en un hospital para enfermos mentales de por vida.
Como parte de la matanza, Holmes había colocado una treintena de granadas en su apartamento, junto con 37 litros de gasolina y un arsenal de balas suficiente como para causar una importante explosión en cuanto alguien intentara entrar en el piso. El joven alertó de ello a la policía en el momento de ser detenido, pero los agentes ya habían desactivado el peligro cuando fueron alertados por los vecinos del elevado volumen de la música que Holmes dejó sonando antes de dirigirse al cine. | elPaís