El hombre tenía 28 años cuando lo vio por última vez, el 9 de junio de 2011; solicita al nuevo gobierno seguimiento a casos de personas desaparecidas.
Desde hace siete años, la señora Alma Grisela busca a su hijo, quien una mañana de junio de 2011 salió a trabajar, pero ya no regresó a su casa, que está ubicada en el municipio de Xochitepec.
“Nosotras, las madres, no tenemos paz en nuestra vida, no somos felices; nos ven caminar o comer, pero tenemos que sobrevivir con el dolor”, dice la mujer.
A las diez de la mañana de ayer miércoles, Alma Grisela llegó a la ofrenda a las víctimas que está instalada a las puertas del palacio de gobierno para solicitar que la nueva administración estatal les dé seguimiento a los casos de las personas desaparecidas.
Su hijo Diego Armando Nieto tenía 28 años de edad cuando desapareció. “El 9 de junio del 2011 fue la última vez que lo vi con vida en un evento familiar, en un cumpleaños de su bisabuela; en esa ocasión iba acompañado de su esposa, su hijo y su suegra”, agrega la mujer.
Cuenta que el 13 de agosto de ese año su nuera llegó a su casa y dejó un mensaje con unas tías. Fue en esa ocasión cuando Alma se enteró de que su hijo había desaparecido.
A partir de entonces inició lo que describe como el calvario de la búsqueda de Diego Armando.
Acerca del hombre, menciona que “él, cuando era chiquito, fue muy alegre, juguetón y travieso. Yo le puse Diego Armando por el famoso futbolista (Maradona)”, comparte.
Un detalle le llega a la memoria: “Me acuerdo que me querían robar a Diego Armando cuando estaba chiquito, lo llevaba en mis brazos. En la calle Guerrero, en el Centro de Cuernavaca, estaba la panificadora ‘La Espiga’; ahí un señor nos comenzó a seguir, pero logré evitar que me lo quitaran… Lo que es el destino”.
Señala que su hijo era amiguero y trabajador. “De chiquito les ayudaba a unos empleados de Teléfonos de México, también fue ayudante de jardinero. Después se dedicó a la plomería”.
Alma Grisela asegura que no pierde la esperanza en encontrar a su hijo, que dejó desamparados a su esposa y a sus dos pequeños, Diego Armando y Montse. “A la niña no la conoció porque cuando desapareció mi nuera estaba embarazada”, recuerda.
Destaca que durante la búsqueda ha aprendido mucho. “Me encontré a gente buena y mala. En mi mente y corazón le agradezco a las personas que me han ayudado, al fallecido diputado ‘Nachito’ Suárez, Javier Sicilia, al doctor Vera y varias personas, hermanas del mismo dolor”, dice.
Por último, la mujer resalta la petición al gobierno estatal que inició funciones esta semana para que tome en cuenta los casos de las personas desaparecidas, como el de Diego Armando Nieto, de quien su familia no ha sabido nada desde hace dos mil 673 días.